El 23 de junio de 2016 Inglaterra votó por la salida del país de la Unión Europea (Getty)
El 23 de junio de 2016 Inglaterra votó por la salida del país de la Unión Europea (Getty)

Funcionarios del Reino Unido y de la Unión Europea (UE) se reunieron este sábado para intentar avanzar en las conversaciones sobre el acuerdo de divorcio, a menos de tres semanas de la fecha prevista del Brexit.

Ambas partes tratan de encontrar la forma de alcanzar un acuerdo de salida que resulte aceptable para los diputados británicos, que rechazaron un pacto anterior y que volverán a votar este martes.

Fuentes de Londres y Bruselas dijeron que los "diálogos técnicos" proseguían este sábado pero que, de momento, no se habían organizado conversaciones a nivel político.

El ministro de Finanzas, Philip Hammond, instó el sábado a los diputados británicos a respaldar el acuerdo en cualquier caso, lo que se interpretó como que Londres no espera que la Unión haga más concesiones.

Por su parte, Theresa May pidió el viernes en un discurso un "nuevo impulso" en las conversaciones con la UE, y advirtió a los parlamentarios que otro rechazo al acuerdo podría hacer que todo el proceso se vaya a pique.

"Hemos trabajado duro juntos durante más de dos años en este acuerdo (…) que prevé una salida ordenada de la UE y que establece una plataforma para una relación ambiciosa en el futuro", afirmó la primera ministra durante su discurso pronunciado desde la pequeña ciudad de Grimsby, en el noreste de Inglaterra, un puerto pesquero que votó en un 70% a favor del Brexit en el referéndum de junio de 2016.

May pidió un nuevo impulso en las conversaciones con la UE (REUTERS/Clodagh Kilcoyne)
May pidió un nuevo impulso en las conversaciones con la UE (REUTERS/Clodagh Kilcoyne)

"Sólo necesita un impulso más para abordar las últimas preocupaciones específicas de nuestro Parlamento. Así que no nos contengamos. Hagamos lo que sea necesario para que los diputados respalden el acuerdo", agregó.

Asimismo, indicó que "las decisiones que la Unión Europea tome en los próximos días tendrán un impacto significativo en el resultado de la votación".

Pero, a tres semanas de la fecha prevista del Brexit -el 29 de marzo-, los contactos entre las dos partes, que el gobierno británico calificó de "difíciles", no permitieron según la Comisión Europea identificar "ninguna solución" al punto más conflictivo del acuerdo: la salvaguarda irlandesa.

Este mecanismo busca evitar la reinstauración de una frontera física entre la República de Irlanda -país miembro de la UE- y la provincia británica de Irlanda del Norte, para proteger el acuerdo de paz que en 1998 que puso a fin a décadas de sangriento conflicto en la región.

Los diputados británicos más euroescépticos temen que esta salvaguarda deje al país indefinidamente atrapado en una unión aduanera con la UE, impidiéndole negociar acuerdos comerciales con terceros países.

Pero los responsables europeos se niegan a limitarlo en el tiempo o permitir que Reino Unido pueda abandonarlo unilateralmente.

Con información de AFP

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