Alí Kourani
Alí Kourani

Cuando los agentes del FBI se le acercaron por primera vez hace dos años y medio y le pidieron que trabajara para ellos como informante, Ali Kourani les respondió que no sabía de qué le estaban hablando.

Kourani hizo contacto finalmente con el FBI el año pasado y en cinco entrevistas admitió que sí, que él era una célula "dormida" de Hezbollah en Nueva York, y que sus funciones habían sido espiar posibles blancos de ataques como el Aeropuerto Kennedy y enviar la información a un intermediario en el Líbano. Se ofreció para colaborar, pero ya era tarde: lo arrestaron.

Sus confesiones lo tienen ahora en espera de juicio bajo cargos federales de terrorismo, reporta The New York Times. Y si lo declaran culpable, Kourani, de 34 años, pudiera enfrentar cadena perpetua.

En Nueva York, llevaba la vida de un típico inmigrante que trataba de aprovechar todas las oportunidades que le ofrecía el país. Casado, con hijos pequeños, ganó títulos en ingeniería biomédica y en negocios y se presentaba a sí mismo como un administrador de proyectos probado y confiable.

El anuncio oficial del arresto de Kourani y otro acusado de ser agente de Hezbolá, Samer Eldebek, en el sitio de internet del Departamento de Justicia de Estados Unidos
El anuncio oficial del arresto de Kourani y otro acusado de ser agente de Hezbolá, Samer Eldebek, en el sitio de internet del Departamento de Justicia de Estados Unidos

Al mismo tiempo llevaba otra vida. De hecho, según confesó a las autoridades, las cosas que hacía cotidianamente era cumplir órdenes de Hezbollah: mantener una vida ostensiblemente normal al tiempo que reunía información y esperaba que lo activaran para cometer actos terroristas.

Decidió buscar ayuda legal después de las entrevistas con los agentes federales y estaba mudándose a Canadá, donde había conseguido empleo. La familia fue de vacaciones al Líbano y allá su esposa, cuyos familiares tienen estrechos vínculos con Hezbollah, empezó a discutir con él bajo sospecha de que se había convertido en un informante del gobierno de Estados Unidos.

Milicianos del grupo terrorista Hezbolá en Líbano (Foto: AP)
Milicianos del grupo terrorista Hezbolá en Líbano (Foto: AP)

Una vez, incluso, dispararon contra su casa en el Líbano.

El caso es que ahora, de acuerdo con el reporte del New York Times, los abogados de Kourani están acusando al FBI de haberle tendido una trampa a su cliente para que lo dijera todo y se incriminara a si mismo. La respuesta del FBI: nunca nos comprometimos a no presentar cargos contra él.

Y al menos uno de los abogados está tomándose el asunto como una cuestión personal.

"Me quedé asombrado", le dijo al periódico Mark Denbeaux, que en el momento del arresto representaba a Kourani y es profesor de Leyes en la Universidad Seton Hall, una institución católica de Orange. "No se supone que el FBI trate de engañar a ningún abogado cuando están tratando de convencer a alguien para que colabore".

Fue Kourani quien decidió cambiar de abogados al declararse inocente y asegurar que muchas de las declaraciones que el FBI le atribuye ahora no son ciertas. El juez federal Alvin K. Hellerstein le negó fianza porque, dice, ahora más que nunca Kourani tiene muchos incentivos para intentar escaparse del país y porque representa un "sustancial" peligro para los demás.

Nacido en el Líbano en una familia que tenía vínculos con altos oficiales de Hezbollah, Kourani confesó que a los 16 años fue llevado a un campo de entrenamiento del grupo terrorista donde aprendió a disparar con fusiles AK-47 y a usar lanzagranadas. Sin embargo, cuando llegó a Estados Unidos en 2003 aún no lo habían reclutado: fue en 2008 que se incorporó a la Organización Yihad Islámica, la encargada de labores de inteligencia y actos terroristas fuera del Líbano, según los documentos legales consultados por el periódico.

Le ordenaron que se hiciera ciudadano de Estados Unidos cuanto antes, y lo logró en 2009, el mismo año en que se graduó en ingeniería biomédica en el City College de Nueva York.

Entre 2005 y 2015 Kourani viajó al Líbano una vez al año, y en 2011 participó en otras sesiones de entrenamiento militar de Hezbollah, indica The New York Times.

Entre las misiones que cumplió de regreso en Estados Unidos se destacaron el espionaje en el edificio donde radican las oficinas neoyorquinas del FBI, las instalaciones de la Guardia Nacional, las del Servicio Secreto en Brooklyn y el consulado israelí en Manhattan.

Y empezó a sospechar que querían usarlo como atacante suicida y que de alguna forma era un agente desechable para Hezbollah, de acuerdo a las declaraciones consultadas por el diario.

El juicio de Kourani está previsto para marzo del año próximo. Cuando el juez Hellerstein le preguntó por qué no le había pedido al FBI una carta de inmunidad, respondió: "Nunca lo pensé".

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