Se viene una nueva siembra de trigo.  (REUTERS/Nick Oxford/Archivo)
Se viene una nueva siembra de trigo. (REUTERS/Nick Oxford/Archivo) (Nick Oxford/)

A días del inicio de la nueva campaña agrícola, con la siembra de los cultivos de invierno, entre ellos el trigo, el Gobierno analiza medidas para incentivar dicho proceso. Las mismas serían anunciadas en los próximos días, de cara a un ciclo donde la cuestión climática y el financiamiento serán de relevancia, para un sector productivo que quedó muy golpeado por los efectos de la sequía.

Hoy al mediodía se realizará una reunión en la sede de la Secretaría de Agricultura, la cual será encabezada por el titular del área, Juan José Bahillo, y participarán representantes del sector de la exportación, semilleros, y de las empresas de agroquímicos y fertilizantes. El objetivo es que todas las partes puedan intercambiar opiniones sobre la situación actual del sector y empezar a definir las próximas medidas, que se anunciarían, en principio, antes del fin de semana. No se descarta que haya también un encuentro con integrantes de la producción.

Mientras tanto, los productores actúan con cautela tras una sequía que dejó muy endeble a todo el aparato del sector primario, sobre el cual pesan cuestiones como la escalada inflacionaria, la crisis cambiaria, la elevada carga fiscal, y las complicaciones para acceder a los insumos necesarios para el desarrollo de la campaña agrícola. Por ello, desde el Movimiento CREA se planteó a través de un detallado informe la situación macroeconómica que deberá tener en cuenta el productor local, para atender cuestiones productivas, financieras y hasta el pago de sus compromisos impositivos en los próximos meses.

bahillo
Juan José Bahillo, Secretario de Agricultura

Al respecto, Eugenio De Bary (H), integrante de la comisión directiva del Consorcio Regionales de Experimentación Agrícola, aseguró que tras la contracción productiva que dejó la última sequía “en todos lados se habla de la falta de dólares que va a dejar de percibir el Estado nacional por el complejo agroindustrial, el mayor aportante de dólares en el país, y eso derrapa por naturaleza en la capacidad financiera de los productores”.

“Hoy estamos ya en un lugar al cual no queríamos llegar, que era la cosecha 2022-23, y allí los rindes obtenidos dan ganas de llorar. En las zonas de mayor productividad argentina, como son el norte bonaerense, el sur santafesino, el centro de Santa Fe y Córdoba, cuando se habla de los cultivos tardíos, se dice: no son los que todos creen. Esto lleva al productor a estar permanentemente recalculando qué va a hacer en la campaña 2023-24″, agregó De Bary.

Producción

Los conceptos presentados por el tesorero de CREA tienen como marco las consideraciones sobre el impacto del dólar paralelo, la fragilidad de una macroeconomía caracterizada por una inflación superior al 100% anual y por la escasez de divisas que sufre el Banco Central, entre otros problemas. Consultado sobre hasta dónde puede arriesgar el sector privado en la próxima campaña agrícola, el directivo dijo que “en marzo pasado la intención de siembra de fina era similar a la del promedio de los últimos años, y un poco por debajo de la anterior. Luego en marzo llovió un poco, y en abril el clima volvió a estar seco. Si no hay agua útil no se va a sembrar, y si llueve, tiene que caer más 150 milímetros”.

“Los productores están evaluando cuál es el riesgo de sembrar trigo” (De Bary)

“Mientras tanto faltan diez días para el comienzo de la siembra de trigo en el centro sur de Santa Fe, Córdoba y norte de Buenos Aires. Estamos en tiempo de descuento, en el cual los productores están permanentemente en contacto con sus asesores y evaluando cuál es el riesgo de sembrar trigo con la cantidad de agua útil que hoy hay en los suelos. El año pasado, con la gruesa, se arriesgó mucho ante la sequía”, dijo.

Por último, con respecto al tema endeudamiento, De Bary admitió que los productores están liquidando sus deudas en pesos, aunque estas tengan tasas altas, ya que es la mejor opción para afrontar la falta de ingresos. Algunos llegaron a tener tasas del 70 al 80%, pero actualmente están por encima del 100%. “Los productores se dividen en los que están refinanciando lo que deben de la campaña anterior y los que necesitan financiamiento para la siguiente”, concluyó.

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