Sergio Massa saluda a Kristalina Georgieva en su reunión con el FMI
Crédito: Ministerio de Economía

Al día de ayer, martes 12 de septiembre, precisa el FMI en su página web, la Argentina le debe 33.075 millones de Derechos Especiales de Giro (DEGs), la “moneda” del organismo, compuesta por una canasta de divisas que integran el dólar, el euro, el yen japonés, el yuan chino y la libra esterlina.

Esa cifra es 1.161 millones de DEGs o 3,6% más alta de lo que era el 10 de diciembre de 2019, el día que asumió el gobierno de Alberto Fernández.

Medida en dólares, sin embargo, la deuda argentina con el Fondo disminuyó levemente, un 0,7%, al pasar de USD 43.995 millones el día que se inició el actual gobierno a USD 43.707 millones ayer, producto de la revaluación de la moneda norteamericana respecto de otras divisas que integran el DEG. La “moneda” del FMI, que valía 1,37856 dólares el 10 de diciembre de 2019, valía ayer 1,32146 dólares, un 4,2% menos.

En cualquier caso, la actual penuria de divisas –y en particular, de dólares- del BCRA no se debe al pago de la deuda con el organismo internacional, que ha permanecido casi invariada. De hecho, en sus primeros 43 meses de gestión, el gobierno pagó USD 2.235 millones al FMI y tomó deuda por USD 94.000 millones con otros acreedores.

El ida y vuelta de recursos no contabiliza los 3.800 millones de DEGs (unos USD 4.320 millones al tipo de cambio de entonces) que el FMI envió al país en agosto de 2021, correspondiente a la “cuota” del país como accionista del organismo, por la capitalización de 500.000 millones de DEGs (poco más de USD 650.000 millones) aprobada entonces por el directorio del Fondo, al cabo de una iniciativa de Italia en el seno del G7 que tuvo el apoyo de sus socios y también del G20.

El crédito chino

Entre los otros acreedores externos de la Argentina figura China, país con el que la deuda creció por la activación del canje de monedas entre el BCRA y el Banco del Pueblo de China (tal el nombre oficial del Banco Central del gigante asiático), pero a una tasa que se desconoce.

Según un estudio internacional sobre el rol de China como “prestamista de última instancia” (así llaman al rol del FMI cuando hace “rescates” multimillonarios, por los que reclama status de “acreedor privilegiado”) elaborado por economistas de la Universidad de Harvard, el Instituto Kiel de Economía Mundial (Alemania), la ONG AidData y el Banco Mundial, los swaps de monedas del Banco Central chino a países en apremios financieros son los créditos “de rescate” más caros que se conocen.

Los swaps, dice el trabajo, “incluyen numerosos rollovers que sirven para fortalecer las reservas brutas y son mayormente girados a países en estrés financiero y con bajos niveles de liquidez”. Según el trabajo, los “rescates” chinos difieren de los de otros “prestamistas de última instancia” pues, enumera 1) son opacos; 2) están atados a tasas de interés relativamente altas; y 3) apuntan casi en exclusiva a deudores que se sumaron a la “Iniciativa de la Franja y la Ruta”, un plan estratégico de irradiación mundial del poder chino.

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Según una investigación publicada en mayo pasado, los créditos chinos son, en promedio, los "rescates" financieros más caros

Según ese trabajo, elaborado en base a una amplia base de datos de operaciones realizadas entre los años 2000 y 2021, el costo promedio del financiamiento chino es más caro que los canjes de monedas de la Fed (Banco Central de EEUU) y los créditos del FMI, la eurozona y el Tesoro de EEUU (Gráfico).

Se trata, sin embargo, de promedios. En una entrevista con el programa televisivo “Duro de Domar”, Sergio Massa, dijo que para la Argentina el crédito chino es más barato que el del FMI y que en una eventual presidencia suya hará como Néstor Kirchner para “sacar” al Fondo de la cancha.

”Tenemos que convivir hasta que juntemos los dólares para sacarlo. Tengo una obsesión como presidente, que es sacar al FMI para recuperar soberanía”, remarcó. “Ese es el camino, porque es mentira que es el endeudamiento más barato por la tasa baja. ¡Eso no es cierto! El swap chino es menos costoso que los sobrecargos que cobra el FMI en los acuerdos”, aseguró.

La afirmación del ministro y candidato presidencial del oficialismo es documentalmente inverificable, porque una de las características del swap de monedas con el Banco Central y en general el crédito chino tiene cláusulas de confidencialidad que hacen inaccesible conocer sus condiciones.

El trabajo sobre los créditos chinos publicado por la Oficina Nacional de Investigaciones Económicas de EEUU (NBER, una organización privada de tipo académico) dice que China concentró sus “rescates” vía swaps en países de ingresos medios y la tasa usada es la interbancaria de Shanghai (Shibor) más una sobretasa según de qué país se trate.

Trato diferencial

Si bien el Banco Central chino no publica los términos, la investigación de NBER afirma que la Argentina paga 400 puntos básicos (4%) sobre la tasa Shibor, que Turquía y Mongolia pagan 200 puntos y que el canje chino con Corea del Sur (el único que usan las dos partes) no tiene sobretasa. La Shibor (por Shanghai InterBank Offered Rate) es la tasa promedio de 18 bancos comerciales, excluídos los 4 de tasa más alta y los 4 de tasa más baja, que recopila y publica a diario el Banco Central de China. Ayer martes era de 2,339% a un año.

El "sello" del FMI, en su sede central, transmite dureza e inflexibilidad
REUTERS/Yuri Gripas
El "sello" del FMI, en su sede central, transmite dureza e inflexibilidad
REUTERS/Yuri Gripas (Yuri Gripas/)

El secretismo no se limita a los swaps. El 2 de junio pasado Massa firmó con el vicepresidente de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de China, Li Chunlin, el “Plan de Cooperación entre el Gobierno de la República Argentina y el Gobierno de la República Popular China para la promoción conjunta de la Franja Económica de la Ruta de la Seda y la Ruta Marítima de la Seda del siglo XXI”, complementario de 13 “acuerdos secundarios” de adhesión firmados en febrero de 2022 por el presidente Alberto Fernández con el presidente chino, Xi Jinping. De esos 13 acuerdos, 7 son “no públicos”, precisa un reciente informe de “En Contacto China”, publicación de la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA).

Sobre la deuda con el FMI, en su última visita a Washington, cuando finalmente el directorio del Fondo aprobó el envío de USD 7.500 millones, Massa arriesgó ante periodistas que en 2024 el país tendría un superávit muy alto y que, de ser presidente, él podría hacer un pago sustancial al organismo para empezar a “sacarlo” del país.

Ese tipo de análisis contradice la experiencia de los últimos 20 años y, en particular, la más reciente. esde 2002 a julio de 2023, calculó recientemente un estudio de la consultora Quantum, la Argentina acumuló un superávit comercial de USD 183.000 millones y los saldos más suculentos se dieron durante la gestión del actual gobierno. De diciembre de 2019 hasta diciembre pasado el superávit fue de USD 36.442 millones. He aquí que ese fue justamente el período en que, cepos mediante, se agudizó la falta de dólares y más menguaron las reservas netas del BCRA. Estas pasaron de USD 14.000 millones en positivo a cerca de USD 10.000 millones en negativo, contando el último desembolso del FMI.

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De 13 acuerdos secundarios que firmó Alberto Fernández con Xi Jinping en febrero de 2022, 7 son "no públicos", un eufemismo de "secretos" (ESTEBAN COLLAZO/)

Después del envío de USD 7.500 millones que hizo el organismo en agosto, el gobierno devolvió a la CAF, a Qatar y a China unos USD 3.500 millones que había tomado para cubrir un vencimiento previo Le quedó así una diferencia a favor de USD 4.000 millones para afrontar el último cuatrimestre. Según precisó en una reciente presentación el economista y consultor Ricardo Arriazu, hasta fin de año la Argentina debe pagarle al FMI USD 921 millones en intereses este mes, USD 2.646 millones de capital en octubre y otros USD 921 millones de intereses en diciembre. Esto es, un total de USD 4.488 millones. A su vez, en función de la próxima revisión del acuerdo vigente, en noviembre el organismo debería desembolsar USD 3.350 millones a la Argentina.

Dados los recientes anuncios de Economía, como el paquete de ayudas “compensatorias” de la devaluación y el aumento del mínimo no imponible para que los empleados en blanco con ingresos de entre $700.000 y $1.770.000 mensuales dejen de pagar el impuesto a las Ganancias, habrá que ver cuán dispuesto estará el Fondo a aprobar el envío de ese dinero. La reciente declaración del subsecretario del Tesoro para Asuntos Internacionales de EEUU Jay Shambaugh, de que el FMI “debe estar dispuesto a retirar su financiación si un país no toma las medidas necesarias”, parece una luz roja en ese sentido.

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