Esther Alaejos

San Juan, 15 nov (EFE).- Nacer con una condición intersexual o persona no binaria supone una odisea a la hora de registrarse con el género, algo que esta comunidad en Puerto Rico está luchando por cambiar reclamando ante la Justicia la posibilidad de identificarse con una "X" en los documentos oficiales.

"Yo he sentido que mi identidad de género no está reflejada en lo que son los documentos oficiales del Gobierno de Puerto Rico", denuncia Inarú Nadia de la Fuente, intersexual y líder del proyecto 'La sombrilla queer', que busca dar visibilidad a la comunidad y al lenguaje inclusivo.

A sus 30 años, este estudiante de derecho convocó a cinco intersexuales para presentar recientemente una demanda ante el Tribunal federal de la isla contra el gobernador, el secretario de Salud y la directora del Registro Demográfico para que los documentos vitales ofrezcan una alternativa de género con una "X".

En 2018, una orden de una jueza del Tribunal federal exigió al Gobierno de Puerto Rico permitir cambios en el género marcado en los registros vitales, de manera que los miembros de la comunidad transgénero pudieran cambiar de femenino a masculino, o viceversa, dependiendo de su transición de género.

"En el 2018 no se contempló a las personas no binarias, por lo cual yo no pude hacer dicho cambio", explica de la Fuente.

Las personas intersexuales, no binarias o con desarrollo sexual diferente son personas que nacen con genitales ambiguos o atípicos, presentan una enorme diversidad de cuerpos y de condiciones diferentes entre sí y, según datos de Naciones Unidas, el 1,7 % de la población mundial tiene esta condición.

Liza Gallardo, directora ejecutiva de Amnistía Internacional en Puerto Rico, explica que se sumó a la acción legal del colectivo el pasado 6 de noviembre porque es necesaria "una congruencia entre el certificado de Puerto Rico y en algunos casos el certificado de Estados Unidos que ya incluye el marcador X".

En su opinión, es importante salir "del binario de masculino y femenino y tener un espacio donde las personas no binarias de género no conforme y personas intersex se puedan ubicar".

Actualmente, 17 estados del país norteamericano, y la ciudad de Nueva York, reconocen la identidad de género no binaria en sus certificados de nacimiento.

"Es un asunto de justicia, un tema de dignidad, de equidad e igualdad que no tendría por qué no alcanzar un resultado positivo", zanja Gallardo.

André Rodil, persona no binaria y transgénero oriunda de Ponce, en el sur de la isla, subraya: "El mismo Estado debería permitir que yo me identifique con lo que yo soy y como soy".

Cuando Rodil nació fue identificado con el género femenino y se le "impuso una crianza como si fuese mujer", hasta que a los 16 años se le diagnosticó que era una persona intersexual, algo que refleja el bello de su barbilla y un desarrollo sexual diferente.

"Que se respete mi identidad, no exponerme a violencia, no exponerme a incomodidades", clama Rodil a las autoridades de Puerto Rico.

Por su parte, Maru Rosa Hernández que nació en Cidra, un pueblo del interior de la isla caribeña, afirma que si se efectúa este cambio "va a contribuir a un futuro mucho más abierto para todes" porque la sociedad "se va a informar, va a estar expuesta a estos temas y eso va de la mano con la aceptación y con entender".

"Solamente imaginarme que en el futuro va a haber personas que no van a tener que explicarse, que simplemente son, es lo que más tranquilidad me da", confiesa Hernández.

La confianza en la demanda presentada es alta. De la Fuente recuerda que hace una década le dijeron que eso "va a tardar 50, 60, 100 años, eso nadie te va a escuchar".

"Lo más bonito es que en un corto plazo de tiempo hemos logrado tanto (…) Mira lo lejos que hemos llegado que hemos llevado la demanda al Tribunal y nos están tomando en serio", sentencia. EFE

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