Juntos por el Cambio. reunión en Palermo
Gobernadores y y legisladores de Juntos por el Cambio escenificaron la ruptura de la coalición con una reunión llena de reproches cruzados y tensiones

Si algo faltaba para que se terminara de romper Juntos por el Cambio era una reunión como la que mantuvieron esta tarde gobernadores y legisladores de la (ex) coalición opositora en Palermo. Quizá lo más apropiado es que se haya hecho en el Club Alemán de Equitación: como en ese deporte, los dirigentes presentes trataron de saltar los obstáculos que presenta el nuevo escenario político. No pudieron. O no quisieron. Cada sector ratificó su postura: algunos alineados con Javier Milei, otros equidistantes del futuro gobierno libertario. Pero quedaron más enfrentados que antes.

Los 10 gobernadores de JxC, que habían convocado a la reunión, imaginaron que todo iba a terminar con un mensaje de unidad como una señal ante el presidente electo, pero el final dejó el peor sabor posible, con reproches, críticas cruzadas y sin atisbo alguno de un debate profundo sobre lo que se pone en juego en estas horas: la mayoría del PRO, de la mano de Mauricio Macri y Patricia Bullrich, negocia espacios de poder con Milei para armar una alianza distinta que garantice gobernabilidad.

Esas tratativas se hacen de la misma forma que fue gestado el pacto de Acassuso: de manera unilateral y sin consultar a nadie. Otra parte del PRO y un sector importante de la UCR prefieren tomar distancia de los libertarios, con la Coalición Cívica jugando sola (ni siquiera fue a la reunión de esta tarde) y los mandatarios provinciales haciendo equilibrio y tratando de liderar el espacio.

Juntos por el Cambio. reunión en Palermo
Los gobernadores de Juntos por el Cambio presidieron la reunión en Palermo

El mejor símbolo de lo que sucedió esta tarde es que el comunicado final sólo fue firmado por los gobernadores. Ni siquiera hubo una foto conjunta con el resto de los participantes del encuentro. Nadie disimula la ruptura interna. Hay mileístas y no mileístas que no pueden ni quieren procesar sus diferencias de una manera en que beneficie a esa vieja sigla de JxC, que quedó hecha trizas.

En ese texto final, los 10 mandatarios que conforman un nuevo polo de poder interno fijaron su postura: “Nosotros no cogobernamos, pero es bueno que algunos dirigentes que quieran ayudar lo hagan porque es mejor un gobierno sólido con buenos dirigentes que un gobierno débil. Pero eso no nos compromete ni obliga como garantes. Ese es el lugar que la sociedad nos asignó: el de un acompañamiento responsable a un gobierno nacional elegido por una mayoría”.

Tampoco hay posturas unificadas entre los gobernadores. El radical Alfredo Cornejo (Mendoza), cercano a Macri y Bullrich, dijo esta tarde que no objetaba si los dirigentes del PRO aceptaban cargos a título personal en el gobierno de Milei. Su correligionario Luis Naidenoff, senador nacional, habló en esa misma sintonía, aunque pasó a la ofensiva contra sus adversarios internos con la propuesta de ponerse en la vereda de enfrente del libertario, con la advertencia de que el futuro gobierno será muy débil porque aplicará medidas que serán en el sentido contrario de lo que votó la gente.

Javier Milei, Mauricio Macri, Patricia Bullrich y otros dirigentes del PRO
Javier Milei, Mauricio Macri, Patricia Bullrich, Luis Petri y otros dirigentes del PRO, en la noche del balotaje

El clima se puso caldeado cuando algunos gobernadores hablaron de construir una “oposición responsable” para apuntar a convertirse en “una alternativa política para 2027″. Ahí se escucharon murmullos en la sala. Alguien escuchó a Miguel Angel Pichetto quejarse por esa definición: “Es un error. Si a Milei le va mal, los que van a volver son los peronistas, no nosotros”.

A esa altura, un grupo de diputados de “los halcones”, tanto en funciones como electos, puso en marcha una estrategia que habían acordado previamente: si surgían críticas hacia el apoyo a Milei, había que “pudrir” la reunión. El mensaje se fue transmitiendo sigilosamente entre macristas y bullrichistas casi en forma simultánea con una vehemente intervención de Cristian Ritondo, un abanderado mileísta que pugna, presiones de Macri mediante, por presidir la Cámara de Diputados, que incluyó cuestionamientos a sectores de JxC que no rechazaron la quita de coparticipación del kirchnerismo a la ciudad de Buenos Aires (¿un dardo contra Gerardo Morales?) y advertencias a los gobernadores: “Ustedes tienen una agenda territorial y nosotros, una agenda legislativa”.

Le siguió Silvana Giudici, una bullrichista a ultranza, que pareció la elegida para terminar de dinamitar el encuentro: les dijo “desagradecidos con la candidata presidencial” a quienes tomaron distancia de la designación de Bullrich en el futuro Ministerio de Seguridad y se quejó porque “la van a dejar sola”, pero, advirtió, “tengan en cuenta que a Patricia la votaron más de 6 millones de argentinos”.

TUIT CRISTIAN RITONDO
Cristian Ritondo, motosierra en mano, tuvo una dura intervención en el encuentro de JxC

El debate, que no fue tal, se descarriló y algunos de los presentes se retiraron del lugar, como Pichetto y Luis Juez. También lo hicieron diputados alineados con Bullrich y radicales antimileístas. Cada uno tenía motivos para irse: era imposible llegar a algún acuerdo. Ya en la calle, un legislador “halcón” protestaba contra los organizadores: “Fue un error estratégico haber abierto la discusión”, mientras leía un tuit lapidario del referente bullrichista Damián Arabia: “Junto a varios diputados electos y en ejercicio, fuimos invitados por gobernadores a una reunión para escuchar las necesidades de sus provincias. No sacamos ninguna foto, ni firmamos ningún comunicado”.

En medio de ese clima, se sumaron las explicaciones off the record de la dirigencia de la Coalición Cívica, que no participó de la reunión: “Decidimos no ir porque era un desorden, no estaba claro el objetivo y todavía faltan definiciones que no se pueden pasar por alto como si nada pasara. La verdad es que queremos tener el panorama más claro y no fingir demencia como si nada pasara”.

Fue lo que faltaba para un final triste y solitario, parafraseando a Osvaldo Soriano, de una reunión cumbre donde todos perdieron. Una postal impiadosa de cómo está hoy Juntos por el Cambio y que también ayuda a explicar por qué Milei fue el opositor que terminó apropiándose de la alegría.

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