Mamerto Sánchez Cárdenas (Eduardo Zambrano)
Mamerto Sánchez Cárdenas (Eduardo Zambrano)

El artesano Mamerto Sánchez Cárdenas ha partido de este mundo y las artes en el Perú han sentido su muerte hondamente.

Tan es así que hasta el mismo Ministerio de Comercio Exterior y Turismo del Perú (MINCETUR) mostró su pesar por el fallecimiento de este artista que llegó a ostentar en título de Gran Amauta de la Artesanía Peruana y que dejado un legado de gran legado para el bien del arte popular del Perú.

Pero a pesar de los reconocimientos de diversos estamentos del Estado, lo cierto es que todavía hay personas que desconocen de quien se trata y de lo que ha hecho a favor de la artesanía de este país.

Lo que se hereda, no se hurta

Mamerto Sánchez Cárdenas (Andina)
Mamerto Sánchez Cárdenas (Andina)

El talento de Don Mamerto no es un regalo del cielo ni tampoco una gracia divida, lo suyo es puramente sanguíneo, ya que desde su nacimiento en Quinua (Ayacucho), un once de mayo de 1942, vio en vivo y en directo trabajar a otro de los grandes ceramistas que ha dado este país: Francisco Sánchez.

Su abuelo hizo lo suyo con su hijo Santos, y este con Mamerto, quien durante su vida como ceramista siguió fielmente todo lo aprendido por su linaje familiar y elaboró platos y vasijas, vasos, candelabros, iglesias, toritos y una infinidad de objetos.

Luego de culminar sus estudios primarios, un joven Mamerto se matriculó en un curso de Perfeccionamiento Técnico para Artesanos, que fue organizado por el Instituto Nacional de Formación de Instructores, un ente que dependía del Ministerio de Trabajo y Asuntos Indígenas.

Culminado el curso, y con todo lo aprendido tanto en la escuela como en la práctica con su padre y abuelo, emprende el camino hacia Lima y se dedicó a vender su artesanía en el mercado conocido como La Parada, en La Victoria.

Un momento trascendental para la vida de Mamerto fue cuando en 1962 se inauguró la Feria Internacional del Pacífico, la recordada Feria del Hogar que se ubicaba en La Marina.

Mamerto Sánchez Cárdenas (Andina)
Mamerto Sánchez Cárdenas (Andina)

Ocurre que en este lugar participa en el pabellón de Artesanía, promovido por el Ministerio de Educación. Y desde entonces solo se dedicó a realizar piezas relacionadas con su tierra, Quinua.

Recién sería en 1984 cuando decidió emigrar del todo a Lima, escapando del terrorismo que en esos años se había apoderado de Ayacucho y que había asesinado a su hijo.

Ya en la capital, se estableció en el distrito Ate, en donde en su propia casa fundó la Asociación El Olivar, en donde trabajó con su esposa y demás hijos.

Por mucho tiempo fue expositor permanente de la Sala de Arte Tradicional Peruano “Joaquín López Antay” del Congreso de la República del Perú.

Distinciones

Mamerto Sánchez Cárdenas (Andina)
Mamerto Sánchez Cárdenas (Andina)

Bien dicen que los homenajes se realizan en vida y así lo entendió el Mincetur, pues además de ser nombrar a Mamerto Sánchez como Amauta de la Artesanía Peruana, también recibió el título de Personalidad Meritoria de la Cultura.

Entre sus obras más conocidas se encuentran la Virgen de Cocharcas, que es patrona de su pueblo Quinua, la corte celestial, los músicos con zampoñas y guitarras. Fue en el año 2009, que Sánchez Cárdenas se hizo acreedor del Premio Nacional Amauta de la Artesanía Peruana. ¿El motivo? Sus aportes para conservar de una mejor manera la tradición artesanal del Perú a través de sus obras hechas a mano. También por la difusión de la artesanía de este país.

Método de trabajo

Mamerto Sánchez Cárdenas (Andina)
Mamerto Sánchez Cárdenas (Andina)

Según los especialistas, el trabajo de Don Mamerto tenía un gran valor artístico debido a que todavía conservaba técnicas y materiales tradicionales. La fuente de su obra era toda la cosmovisión andina que incluía animales y personajes míticos.

Con relación a los colores que solía usar, alguna vez él mismo dijo que el rojo, blanco y amarillo los obtenía de un pozo ubicado detrás del cerro Condorconca. En el caso del negro, de una piedra que él mismo tiene que quemar, moler y colar con una fina red.

Por último, el buen Mamerto, a manera de homenaje a sus antepasados, siempre usó las herramientas que en sus tiempos también usaron su padre y abuelo, para moldear todo material que llegaba a sus manos, como calabazas, maderas, carrizos, cañas, palitos, etc.

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