Lisboa, 5 oct (EFE).- Portugal se prepara para acoger el sábado su primera "boda real" en casi tres décadas con el casamiento de la infanta Maria Francisca, hija del duque de Braganza, Duarte Pio, quien a sus 78 años sigue siendo el eterno heredero al trono en un país que es república desde 1910.

La infanta y duquesa de Coimbra, de 26 años, confesó en una conversación con EFE su entusiasmo por la boda con su prometido, el abogado Duarte de Sousa, de 31 años, en la basílica del convento de Mafra, a 40 kilómetros al noroeste de Lisboa.

"Va todo muy bien, me están apoyando inmensamente" con los preparativos de la boda, indicó Maria Francisca, quien anticipó que, como hay invitados que van a llegar desde fuera el viernes, van a organizar ese día un festival folclórico con comida típica portuguesa para agasajarlos.

Explicó que la celebración de la víspera va a ser "más relajada" y de pie para "dar a conocer un poco de la cultura de distintos puntos de Portugal".

Unos 1.200 invitados asistirán el sábado a la boda, con la presencia de miembros de las casas reales de Luxemburgo, Brasil, Liechtenstein, Francia, Austria y Bulgaria, además de personalidades políticas portuguesas.

El hecho de que la ceremonia tenga lugar en el convento de Mafra tiene para ella un significado especial: tiene "un valor histórico y sentimental enorme", explicó, porque fue construido por uno de sus antepasados, el rey João V (1689-1750), bajo la promesa de lograr tener un hijo, algo que finalmente consiguió.

"Y de ahí la historia continuó hasta llegar a nosotros", apuntó la duquesa de Coimbra, quien considera que es uno de los "monumentos más bonitos" de Portugal.

Para la ocasión, Maria Francisca de Braganza llevará dos vestidos, uno para la ceremonia "más pesado porque va con capas" y otro más ligero para el baile, ya que, afirmó, le encanta danzar. Los vestidos han sido diseñados por la modista Luzia do Nascimento, "una persona muy querida por mí y mi familia, y siempre trabajamos con ella".

"Tiene mucho talento", indicó.

De sus padres, aseguró que ha recibido muchos consejos de cara al matrimonio, como tener mucha paciencia con su pareja, al que conoció en una fiesta en Azeitão, en Setúbal (Portugal), durante un festival popular.

También le han recomendado que "siempre tiene que haber un mínimo de ceremonia" por respeto y cuidado de la otra persona, agregó la joven, cuyo sueño es tener cinco hijos.

La pedida de mano fue en Timor Oriental, donde, explicó, su familia tiene un vínculo "enorme", especialmente su padre, en lo alto de una montaña que, cuando el país era portugués, fue el punto más elevado del imperio luso.

Tras la boda, el matrimonio se mudará en enero a Londres, después de que la infanta dejara su trabajo en una agencia de comunicación española. Allí su futuro marido trabajará para un bufete de abogados español.

Entretanto, la duquesa está trabajando, entre otros, en la Asociación Infanta Maria Francisca, que forma parte de un fondo de apoyo a jóvenes artistas.

La joven, que es la segunda hija de Duarte Pio, es la primera de sus vástagos en casarse y en Portugal existe expectación por este enlace que va a ser transmitido en directo por la televisión.

La última boda real en Portugal se celebró el 19 de mayo de 1995 y fue la de su propio padre, Duarte Pio, con Isabel de Herédia, y fue en el Monasterio de los Jerónimos en Lisboa.

Ambos tienen tres hijos que por orden de edad son Afonso de Santa Maria (27 años), Maria Francisca y Dinis (23 años).

Portugal es una república desde el 5 de octubre de 1910, cuando Manuel II fue depuesto tras varios años de inestabilidad política.

A pesar de que el dictador António de Oliveira Salazar permitió a la familia real lusa volver del exilio en los 50 no confió en Don Duarte Pío como sucesor, como sí ocurrió en España con Franco y Juan Carlos de Borbón.

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