En el marco de la Feria Internacional del Libros de Buenos Aires, el periodista y escritor Alejandro Droznes dialogó sobre su ópera prima Libertadores de América, un libro de viajes con el fútbol continental como música de fondo.

El autor comentó que la idea surgió a partir de “las transmisiones de los partidos” en las que “muchas veces empiezan mostrando no necesariamente algo futbolístico, sino del alrededor del estadio”.

“Empecé a estar maravillado con la Copa Libertadores en 2008, cuando hubo un partido, muy importante a mi entender, como Real Potosí contra San Lorenzo de Almagro. Hacía mucho calor en Buenos Aires y uno podía ver lo que era el ámbito del partido de Potosí, que todo el año que es una heladera. Estábamos acá en la llanura viendo el altiplano, viendo la cultura argentina y la boliviana. Fue muy importante porque ahí el clima se metía dentro del campo de juego directamente; o sea, vos podías ver el frío que tenían los jugadores. Al poco tiempo obviamente en ese mismo torneo San Lorenzo jugó contra River, era parte del mismo viaje. Cada equipo que viaja es una idiosincrasia que viaja”, comentó en diálogo con Fernando Pagano en el stand de Leamos-Bajalibros de la Feria del Libro de Buenos Aires.

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Y agregó: “Me di cuenta de que lo que hace el libro es básicamente vaciar a la Libertadores de partidos. Es un libro de fútbol que no habla de fútbol. También agarra a la gesta de los Libertadores, la gesta independentista, y también la vacía de batallas. Entonces lo que queda son los viajes”.

“En el último mes estuve en la cancha de Argentinos Juniors en La Paternal y en Rosario Central. Vi un fenómeno bastante curioso, que es que hay paredones pintados con los jugadores de esos clubes que lograron el título mundial y eso me parece muy interesante. Estoy seguro de que se replica en todos los clubes que formaron a esos 26 jugadores. O sea que ahí yo creo que se ve un proceso de proserización (sic), porque es alguien de nuestro club que devino nacional. Cualquier persona que vea fútbol sabe qué lugar ocupaba Ruggeri, por ejemplo, en los programas de fútbol es un auténtico prócer porque básicamente estuvo en la batalla y la ganó. Creo que fue un movimiento medio tectónico lo que pasó con Ruggeri, que no es más que Juan Foyth, que jugó muy pocos minutos, no es más que el Cuti Romero. Para mí hay un proceso muy interesante de sacralización de una persona y también me parece medio paradójico esto de que tengamos próceres del presente. Los que no vivimos el ‘86 no concebimos a un Maradona en tiempo presente, Ruggeri en tiempo presente, Cucciufo en tiempo presente y ahora lo estamos viendo”, dijo.

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