En general, cuando se presentan los datos de brecha entre los salarios que se pagan según el sexo del trabajador toma como referencia el ingreso efectivo, sin considerar la intensidad laboral (Newsan)
En general, cuando se presentan los datos de brecha entre los salarios que se pagan según el sexo del trabajador toma como referencia el ingreso efectivo, sin considerar la intensidad laboral (Newsan)

La grieta que se instaló en la política parece haberse trasladado a las estadísticas del mercado laboral por género, pese a que la estructura de la población es muy similar en los tres tramos de edades que abre los datos el Indec: 69% del total son mujeres y 68,3% varones.

En general, cuando se presentan los datos de brecha entre los salarios que se pagan según el sexo del trabajador toma como referencia el ingreso efectivo, sin considerar la intensidad laboral, la cual históricamente es más elevada entre los varones que en las mujeres.

Pero si en lugar de esa primera referencia se estima el promedio de remuneración por hora trabajada se advierte que la brecha que se registra es notablemente baja, e incluso en algunas actividades -como media general, sin considerar posición específica y tramo etáreo, porque aún el Indec no llegó a ese grado de desagregación de las estadísticas de la Encuesta Permanente de Hogares- prácticamente no existe y hasta hay casos en los que es levemente más alta en la franja femenina.

INGRESO INDEC

En su informe especial anual de “Remuneración al trabajo asalariado, ingreso mixto e insumo de mano de obra, por sexo y tramos de edad”, el Indec destaca:

1) ”La remuneración al trabajo asalariado fue generada en 37,6% por mujeres y 62,4% por varones. Ambos sexos explican el 56,5% del ingreso en el tramo de 30 a 49 años”;

2) “Los varones trabajaron en promedio 20,7% más horas por puesto que las mujeres en todas las categorías. La mayor diferencia (34,7%) se presenta en asalariados no registrados”;

3) “La brecha de género de las remuneraciones por puesto de trabajo es mayor que la detectada por hora trabajada, tanto en asalariados registrados como en asalariados no registrados”;

4) “La brecha de género por puesto y por hora trabajada es más elevada entre las personas de 50 años y más que ocupan los puestos de trabajo”; y

La remuneración al trabajo asalariado fue generada en 37,6% por mujeres y 62,4% por varones

5) “La mayor proporción de la remuneración al trabajo asalariado se da en el grupo de 30 a 49 años, y le sigue en importancia relativa el grupo de 50 años y más”.

Si se toma como parámetro el promedio de ingreso laboral de los dos géneros, surge que a lo largo de los seis años de la serie, Infobae detectó que las diferencias se reducen a un rango de 4 a 5 puntos porcentuales en el total general, a favor de los varones, el cual se desagrega entre 2 y 2,5 pp entre los ocupados en el sector público y se amplía a 15 pp entre los que se desempeñan en la actividad privada.

Sin embargo, siempre hay excepciones, son los casos de quienes se ocupan en la rama de la energía eléctrica, gas y agua, donde las mujeres perciben 18% más ingreso medio horario que los varones; y virtualmente se equiparan en los dedicados a la logística y comunicaciones, enseñanza privada, y servicio en casas particulares.

Pluriempleo

Además, del procesamiento de la estadística oficial surge también una notable brecha entre la proporción de trabajadores por tramo etáreo y la participación de cada segmento en la población.

Entre las mujeres se observa que en la franja de hasta 30 años, con una oferta laboral potencial desde 14 años, de 6,25 millones de personas, los puestos ocupados ascendieron en el promedio de 2022 a poco más de 2 millones, equivalente a 32,7%; en el segmento siguiente de más de 30 años hasta 50 años, de los 5,12 millones de residentes tenían un empleo -asalariado registrado y en la informalidad, o como cuentapropista- 5,02 millones, equivalente a casi la totalidad, fenómeno explicable por la multiplicidad de posiciones del trabajador a lo largo de la jornada diaria; y en escalón siguiente de los de más de 50 años -se estimó la población hasta 70 años en 4,1 millones- trabajaron 2,43 millones, poco más del 59 por ciento.

Mientras que entre los varones, con un universo poblacional similar al de las mujeres, tanto la cantidad de trabajadores como la intensidad laboral resultaron más altos: los puestos ocupados por la franja de hasta 30 años sumaron 3,16 millones, equivalente a 46,4% de los habitantes de ese grupo etáreo; las posiciones cubiertas ascendieron en la clasificación siguiente de más de 30 y hasta 50 años a 6 millones, representativa de 112,4% del universo población -nuevamente se manifiesta una alta proporción de pluriempleo-; y en el de más de 50 años el Indec informó 3,21 millones de puestos, equivalente a poco más de 80% de los habitantes de ese segmento de adultos.

En ambos casos se advierte la clara presencia de pluriempleos, en general a partir de la franja de más de 30 años, propio de un escenario macro y microeconómico como el de los últimos tiempos que provocó que con un empleo registrado muchas personas no lograran los ingresos suficientes para poder estar arriba del umbral de pobreza.

Otras características del mercado de trabajo

El Indec pudo identificar los sectores de la actividad económica con fuerte proporción de mano de obra masculina: Agricultura, ganadería, caza y silvicultura y pesca; Explotación de minas y canteras; Industria manufacturera; Electricidad, gas y agua; Construcción; Comercio al por mayor y al por menor y reparación de vehículos automotores; Servicios de transporte, de almacenamiento y de comunicaciones; Actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler; y Otras actividades de servicios comunitarias, sociales y personales.

En otros sectores, la participación según sexo de los ocupados es más equilibrada: Servicios de hotelería y restaurantes; Intermediación financiera y otros servicios financieros; y Administración pública, defensa y seguridad social obligatoria.

En tanto, los rubros con mayor participación de mujeres son: Enseñanza (pública y privada); Servicios sociales y de salud (públicos y privados); y Hogares privados que contratan servicio doméstico.

Del relevamiento del Indec se pudo detectar no sólo una virtual paridad de remuneración promedio horaria de los trabajadores por género, aunque desde el inicio de la serie se advierte un leve aumento de la brecha a favor de los varones de 2,5% a 3,8% en la media general de los sectores de actividad, la cual se originó exclusivamente en el sector público, donde pasó de 2,4% a 3,5%; mientras que en el ámbito privado, donde la diferencia es más marcada, se redujo mínimamente, de 7,1% a 7 por ciento.

Los extremos se encuentran, hacia arriba en la rama de la intermediación financiera (Bancos) donde el promedio de los varones tiene un ingreso 16% mayor al promedio de las mujeres, pero no puede asociarse a tareas y categorías similares; y en los servicios sociales y de salud privados 10 por ciento.

Desde el inicio de la serie en 2016 se advierte un leve aumento de la brecha a favor de los varones de 2,5% a 3,8% en la media general de los sectores de actividad, se originó exclusivamente en el sector público

Y en el opuesto, la franja femenina recibe una remuneración mayor al segmento masculino en las actividades del servicio en casas particulares, un 4%, y de 1% en la construcción, al parecer en este caso por la creciente participación de las arquitectas en tareas de diseño, decoración y dirección de obras.

La estadística no avanza en el detalle por tipo de tarea y calificación educativa de los trabajadores, pero en general se estima que a igual función y desempeño las diferencias de ingreso de bolsillo responden a la disponibilidad de tiempo de los individuos (intensidad horaria) y antigüedad en el empleo que a cuestiones de género.

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