Fotografía cedida por el Congreso Argentina de la Asamblea Legislativa de Argentina que proclamó la victoria de la fórmula presidencial de Javier Milei y Victoria Villarruel en la segunda vuelta electoral, hoy en Buenos Aires (Argentina). EFE/Congreso Argentina
Fotografía cedida por el Congreso Argentina de la Asamblea Legislativa de Argentina que proclamó la victoria de la fórmula presidencial de Javier Milei y Victoria Villarruel en la segunda vuelta electoral, hoy en Buenos Aires (Argentina). EFE/Congreso Argentina
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Con el recorte de gastos y el ajuste fiscal en el centro de su programa de gobierno, el Presidente electo Javier Milei tomó una decisión llamativa: gobernará el primer año de su mandato sin Presupuesto propio. La estrategia decidida en el entorno del próximo mandatario ya bajó a las filas que deberían discutir el en Congreso el proyecto de Presupuesto 2024, desde donde confirmaron que el texto presentado por el actual ministro de Economía, Sergio Massa, será desestimado y que, para el próximo año, se prevé avanzar con la prórroga del Presupuesto vigente tal como ocurrió en 2022.

La explicación se basa en “lo disruptivo” del planteo que tiene en mente Milei para el que no habría tiempo suficiente de preparación ni tampoco de debate legislativo.

“Nosotros el Presupuesto 2024 lo desestimamos, vamos a continuar con el Presupuesto 2023 y vamos a empezar a trabajar en un nuevo Presupuesto para el siguiente año. En eso vamos a hacer tábula rasa, la propuesta es muy disruptiva”, anunció el diputado electo Carlos D´Alessandro, uno de los protagonistas por parte de La Libertad Avanza en las negociaciones con los legisladores del radicalismo de Evolución y los de Unión por la Patria para la designación del presidente de la Cámara de Diputados, puesto que finalmente recayó en Martín Menem. En su debut, Menem se evitará tener que negociar uno de los proyectos al que se denomina, en los ámbitos políticos, “la madre de todas las batallas”.

De esta manera, sobre el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, recaerá la tarea de ampliar y reasignar partidas diseñadas en base a lineamientos económicos que no tienen ningún tipo de vigencia y que ya estaban desactualizados al momento de su tratamiento en el Congreso el año pasado. Por caso, cuando Massa presentó el proyecto para este año, la pauta de inflación establecida en 60% anual ya resultaba imposible de cumplir mientras que la proyección de crecimiento de 2% y la de déficit fiscal de 1,9% se probaron inviables con el correr de los meses. El desequilibrio de las cuentas se ubicará en torno a 3%, mientras que será de caída el 2,5% de la actividad económica y la inflación se proyecta por encima de 190% hacia fin de año.

nicolas posse luis toto caputo
El entrante jefe de Gabinete, Nicolás Posse, será el encargado de reasignar partidas, trabajo en equipo a la hora de ajustar las cuentas con Luis Caputo, designado ministro de Economía.

En tanto, para 2024, el proyecto de Presupuesto presentado pero que no tendrá tratamiento preveía una inflación de 69% con una supuesta recuperación económica de 2,7% del PBI. Los datos resultan anecdóticos.

Lo cierto es que, si bien no contar con presupuesto propio puede traer aparejadas algunas complicaciones operativas, también incrementa los márgenes de libertad para la administración ya que los ingresos por encima de lo previsto en el texto prorrogado son susceptibles de ser distribuidos con mucha mayor discrecionalidad, De hecho, el designado ministro de Economía, Luis Caputo, está convencido -y así se lo transmite a sus interlocutores- que podrá hacer un ajuste de 2% del PBI sin pasar por el Congreso.

Es que, con un nivel de inflación que superará largamente la pauta de 60% -para el próximo año el consenso de analistas indican que la inflación se acercará a 300%-, el excedente será notable. Lo experimentó el ex ministro Martín Guzmán. Durante su último semestre al frente del Palacio de Hacienda. Guzmán tampoco contó con Presupuesto propio ya que la oposición había rechazado sus supuestos principales para 2022 y una imprevista alocución de alto voltaje del diputado Máximo Kirchner echó por tierra los precarios acuerdos obtenidos en una tumultuosa sesión de Diputados el 16 de diciembre del año pasado. De ahí que, a pesar de contener proyecciones igual de inverosímiles, el oficialismo vivió como un éxito de la gestión de Massa la aprobación del Presupuesto de este año.

Milei no podrá anotarse esa “cucarda”, esencialmente porque no le interesa. “Nuestro objetivo sigue siendo que el Banco Central deje de emitir papelitos de color naranja y bajar el déficit fiscal”, explican cerca del presidente electo.

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