Francia quiere iniciar un "nuevo capítulo" en su relación con Marruecos, país del que históricamente ha sido su aliado tradicional pero con el que se ha producido un alejamiento en los últimos tiempos, y el nuevo ministro de Exteriores, Stéphane Séjourné, ha recibido el encargo expreso del presidente, Emmanuel Macron, para que así sea.

"El presidente de la República me ha pedido personalmente que me implique en la relación franco-marroquí y escriba también un nuevo capítulo en nuestra relación", reconoció hace unos días Séjourné, jefe de la diplomacia gala desde el pasado 12 de enero, en una entrevista en el diario 'Ouest-France'.

Séjourné, muy próximo a Macron y que hasta su nombramiento lideraba al grupo de los liberales europeos en la Eurocámara, aseguró que haría "todo lo posible en las próximas semanas y meses para que Francia y Marruecos se acerquen". Sus declaraciones no pasaron desapercibidas en el reino alauí, donde la prensa se hizo ampliamente eco de las mismas.

Días más tarde, durante una comparecencia ante la Asamblea Nacional, el ministro de Exteriores abundó en esta cuestión. Ante los parlamentarios, sostuvo que la relación con Marruecos es "esencial" para Francia. Séjourné dejó claro que "la voluntad está ahí" para recuperar la relación y de hecho ya ha retomado los contactos con Rabat tras "las incomprensiones que ha habido y que han llevado a una dificultad".

"Voy a construir poco a poco la confianza", aseguró el ministro, esgrimiendo que "va en el interés de Francia y en el de Marruecos" que así sea. Así las cosas, expresó su deseo de forjar una "nueva agenda política" y mostró su voluntad de dialogar con las autoridades marroquíes "de forma transparente respetando a todos los partidos".

TAREA COMPLICADA

La tarea que el ministro francés tiene ante sí se antoja complicada, como se han encargado de recordar estos días los medios marroquíes. En primer lugar, en Marruecos no se ve con buenos ojos el acercamiento que Francia ha acometido últimamente con Argelia, su principal enemigo y con el que las relaciones diplomáticas están rotas desde el verano de 2021.

Pero sin duda, lo que más pesa es el pasado parlamentario de Séjourné. En Marruecos se le considera uno de los principales artífices como líder de Renew Europe (el grupo liberal en la Eurocámara) de la resolución aprobada en enero de 2023 contra el reino alauí.

Aquella resolución, cuyo texto fue pactado por los grandes bloques parlamentarios, salió adelante por 356 votos a favor, 32 en contra y 42 abstenciones. Cabe recordar que los eurodiputados del PSOE votaron en contra del texto, en el que entre otras cosas se manifestaba la "profunda preocupación por las acusaciones de que las autoridades marroquíes han corrompido a diputados en el Parlamento Europeo".

El texto generó un profundo malestar en el reino alauí. El presidente de la comisión parlamentaria mixta Marruecos-UE, Lahcen Haddad, acusó directamente a Séjourné de ser el artífice. El exministro mostró su sorpresa por el giro del grupo parlamentario liberal que "ha pasado de apoyar a Marruecos a oponerse" a sus intereses. A su juicio, el cambio se produjo "bajo un liderazgo francés" habida cuenta de que "Séjourné está muy próximo a la Presidencia francesa".

POSICIÓN SOBRE EL SÁHARA

Por otra parte, otro de los puntos de fricción entre los dos países es la postura francesa respecto al Sáhara. Según resalta en un artículo el diario 'Le Desk', la "postura ambigua" de Francia ha contribuido "al deterioro de las relaciones". Respecto a este asunto, Séjourné reiteró en la citada entrevista el "apoyo claro y constante de Francia al plan de autonomía marroquí, que es una realidad desde 2007". "Ahora es momento de avanzar", añadió.

Rabat no ha ocultado que le gustaría que Francia fuera un paso más allá en su postura y se alineara con España despúes de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dijera en una carta a Mohamed VI en marzo de 2022 que el plan de autonomía marroquí para el Sáhara es "la base más seria, creíble y realista" para una solución del conflicto.

Marruecos "espera de sus socios no solo palabras, sino actos que reflejen un apoyo real y tangible" a sus reivindicaciones territoriales, resume en un artículo la directora de 'Maroc Diplomatique', Souad Mekkaoui. Si Francia quiere un acercamiento "debe hacer frente no solo a las repercusiones de sus acciones pasadas sino demostrar una verdadera voluntad de apoyar a Rabat en sus aspiraciones, superando así la diplomacia del doble juego para establecer una relación basada en el respeto mutuo y el reconomiento de los intereses comunes", añade.

Sin embargo, hasta ahora el Gobierno galo ha dejado claro que no está dispuesto a ir tan lejos, quizá consciente además de lo que ocurrió en el caso de España. Cabe recordar que el respaldo al plan marroquí permitió resolver la crisis diplomática con Marruecos pero abrió una nueva con Argelia, principal valedor del Frente Polisario, que procedió a retirar a su embajador y a suspender el Tratado de Amistad.

ARGELIA, PENDIENTE

Del lado argelino de la frontera, el eventual acercamiento también se sigue de cerca. La prensa local no ha pasado por alto las declaraciones de Séjourné y ha aprovechado para recordar cómo la tradicionalmente cálida relación entre París y Rabat se ha enfriado en los últimos años, citando en este punto también el supuesto espionaje con el software Pegasus del que habría sido objeto Macron por parte de Marruecos.

Pero sobre todo, en Argelia son plenamente conscientes de que el principal objetivo de Marruecos es hacer avanzar a Francia hacia un reconocimiento de la marroquinidad del Sáhara, como ya hizo en su momento a finales de 2020 Donald Trump.

Este paso "supondría un duro golpe a las relaciones con Argelia, como constató el Gobierno español tras su giro de marzo de 2022", destacaba al respecto el medio Tout sur l'Algérie hace unos días. "Sin duda Emmanuel Macron no está dispuesto a abrir una crisis con Argelia como hicieron los españoles para solucionar la crisis con Marruecos", valoraba.

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