Nacho García

Miami (EE.UU.), 13 nov (EFE).- Cuando en octubre se formalizó la llegada de James Harden a Los Angeles Clippers, un terremoto sacudió a la NBA, situándolos como claros aspirantes al anillo. Un par de semanas después, sin ningún triunfo tras cuatro encuentros, muchos dudan de si ‘La Barba’ puede ser un problema y no una solución para los de Tyronn Lue.

Los Clippers ya eran un equipo con ambición e incorporaron una superestrella que no llegó para ser uno más sino para guiarles hacia el anillo. “Creo que todo el grupo ha entendido esto así, que vamos a jugar a través de Harden”, manifestó Lue tras la última derrota ante los Memphis Grizzlies este domingo (101-105).

La carta de presentación del base no pudo ser peor con un balance demoledor de 0-4 desde su llegada. Knicks, Nets y Mavericks a domicilio, más el debut en casa ante los Grizzlies… Todo derrotas y, además, con la sensación de que los Clippers ahora juegan peor. Son más lentos y generan mucho menos en ataque. Con Harden promedian 104 puntos. Antes de su llegada anotaban una media de 121.

Al margen de los números, se echa en falta ese liderazgo que se le presupone a Harden. Ante los Grizzlies falló dos triples liberados en el último minuto que hubieran cambiado el resultado final y su balance de la tarde fue de 1 de 7 desde el perímetro.

Lo más doloroso es que, además, los Sixers lo han ganado absolutamente todo desde que ‘La Barba’ se marchó. De hecho suman ocho triunfos consecutivos y tienen ahora mismo el mejor balance de la NBA.

Parece que en Filadelfia no necesitan a Harden, pero la pregunta es si le necesitarán en Los Ángeles. Lue, al margen de este desafortunado inicio, tiene claro que sí. “Creo que está haciendo mucho por adaptarse. Ayer tuvimos una charla con el equipo y él tiene que ser simplemente James Harden. Lideró la liga en asistencias los últimos años, y en juego, lo que genera con el bloqueo y continuación, es maravilloso. Así que tenemos que permitirle ser él mismo”, apuntó.

El técnico relaciona el bajo rendimiento con una cuestión de respeto excesivo por las otras estrellas. “Va a generar juego. El equipo lo entendió, me escucharon decirlo frente a él, así que ahora se siente más cómodo, pero no quiere pisar a nadie y comprendo que tenga respeto por Paul George, Kawhi Leonard o Russell Westbrook porque ya estaban aquí. Pero necesitamos que James sea James y es mi trabajo asegurarme de que él sea él”, comentó Lue.

Puede ayudar a pensar en positivo el hecho de que todos los componentes de este ‘Big-Four’ hayan nacido en Los Ángeles, que quieran redimirse en su propia ciudad de un anillo que por ahora solo tiene Leonard (uno con los Spurs y otro con los Raptors).

Muchos defienden que los mejores días de cada uno de estos jugadores ya han pasado, que ha habido lesiones importantes, y es algo que muchos expertos critican de la gestión de Steve Ballmer, propietario de la franquicia californiana.

El exconsejero delegado de Microsoft ha invertido y apostado muchísimo por hacer grandes a los Clippers y el proyecto del nuevo pabellón en Inglewood es un claro ejemplo de ello.

Pero en esa mirada a futuro, hay algo que le corre prisa: el título de la NBA. Esto le ha hecho incorporar, sin éxito todavía, a nombres muy importantes y el equipo actual parece la apuesta definitiva para asaltar el campeonato.

Una apuesta que tiene una cuenta atrás por la edad de estas estrellas: Leonard es el más joven con 32 años y Westbrook es el más veterano con 35 primaveras.

El analista de la NBA Brian Dameris se volvió viral esta semana con una durísima crítica a Harden. “Escucha, James. Siempre pensaste que tuviste malos compañeros, que eran el problema… Oye, James, tú eres el problema. No eres ‘La Barba’, no eres ‘El Sistema’, eres ‘El Problema”, aseguró.

Esta impresión la comparten muchos aficionados y analistas a nivel global, principalmente desde que en 2021 solicitó el traspaso para ir a Brooklyn tras nueve temporadas en los Rockets. Su incesante búsqueda del anillo ha dejado muchos equipos como un solar. Primero en los Nets con Kevin Durant y Kyrie Irving y después con Joel Embiid en los Sixers.

No han escaseado a lo largo de los años las declaraciones de Harden criticando a antiguos compañeros o eludiendo responsabilidades, pero este nuevo capítulo del base en los Clippers puede ser el definitivo de su carrera, tanto para lo bueno como para lo malo. EFE

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