Foto de archivo - Entrada principal al Banco Central de la República Argentina (BCRA), en Buenos Aires. Sep 16, 2020. REUTERS/Agustin Marcarian
Foto de archivo – Entrada principal al Banco Central de la República Argentina (BCRA), en Buenos Aires. Sep 16, 2020. REUTERS/Agustin Marcarian (AGUSTIN MARCARIAN/)

La deuda por importaciones no para de batir récords: al cálculo recientemente difundido por el Fondo Monetario, que advirtió que desde fines de 2021 el Banco Central ya acumulo unos USD 16.000 millones de deuda con importadores de bienes, se suma ahora a la cuenta el volumen pendiente de acceso al dólar oficial por la importación de servicios, que agregaría otros USD 4.000 millones. El monto acumulado, replicando la metodología del FMI, ascendería entonces a $20.000 millones.

En otras palabras, en menos de dos años, la deuda del Banco Central por compras al exterior casi se duplicó, lo que implica otra enorme dificultad a la hora de levantar las restricciones cambiarias durante la próxima administración. De hecho, el stock total ya superaría los USD 40.000 millones, lo que en la oposición ya denominan como “el otro Fondo Monetario”, en alusión al préstamo por USD 44.000 millones al que permanentemente hace referencia el Gobierno para justificar la endeble situación de la macroeconomía.

Técnicamente, según explicó el economista de Romano Group, Salvador Vitelli, ese monto no es deuda propiamente dicha del Banco Central pero opera como tal ya que es obligación de la autoridad monetaria garantizar el acceso al mercado libre y único de cambios. En definitiva, va a haber “una cola de importadores golpeando la puerta reclamando los dólares”.

El trader actualizó el dato de junio con deuda por importación de bienes y servicios, lo que arrojó sólo para ese mes una cifra récord de USD 2.075 millones, la más alta de los últimos cuatro años. Hacia adelante, la perspectiva es que eso incluso empeore.

Deuda comercial

De hecho, el FMI anticipó la semana pasada un endurecimiento aún mayor las restricciones, en virtud de la escasez de reservas. El organismo incluyó la advertencia en el staff report publicado el viernes último tras la aprobación de la quinta y sexta revisión del acuerdo, en un apartado específico sobre el tema. “Dado el gran sobreendeudamiento comercial y los precarios niveles de reservas, ahora se requerirán grandes esfuerzos para racionalizar las importaciones y garantizar una reducción gradual y ordenada de la financiación de las importaciones a fin de llevarlo a niveles normales”, afirmaron los técnicos del Fondo en el documento.

En concreto -especificaron- desde junio de 2022, mientras que las importaciones acumuladas mensuales han promediado USD 6.600 millones, los pagos mensuales en divisas han sido de USD 5.400 millones en promedio. Como resultado de esa dinámica, la deuda a corto plazo de los importadores creció en unos USD 16.000 millones entre finales de 2021 y julio de 2023. Esa cifra corresponde sólo a la importación de bienes, cuyo stock de financiación alcanzó un máximo histórico de USD 38.000 millones en los cálculos del organismo, lo que representa alrededor del 60% de las importaciones totales.

A la fila de importadores de bienes que reclamarán las divisas, se suma un cómputo que no suele tomarse en cuenta pero que también presionará sobre el mercado de cambios en caso de una liberación o flexibilización del cepo cambiario. Se trata del monto acumulado por las grandes multinacionales y también empresas extranjeras más pequeñas que se vieron impedidas a girar dividendos durante los últimos tres años. Esa cifra, compleja de consolidar, engrosaría los pendientes entre USD 6.000 y USD 9.000 millones según fuentes del mercado, calculado a una cotización promedio del dólar financiero.

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El eventual ministro de Economía, Carlos Melconian, en un gobierno de Patricia Bullrich advirtió sobre el volumen de la deuda acumulada por el Banco Central. (Adrián Escándar)

Del total de esas cifras, es decir, la deuda comercial acumulada en el último año y medio, el nivel de reservas negativas por otros USD 10.000 millones (una vez realizados los pagos pendientes en septiembre y noviembre al FMI) más la utilización de USD 10.000 millones del swap, del que en rigor hasta la fecha sólo se activó un tramo por la mitad de esa cifra, es que el economista Carlos Melconian, sindicado como el eventual ministro de Economía de un gobierno de Patricia Bullrich, afirmó que lo que debe el Banco Central es equivalente a “otro FMI”, en alusión a la deuda con el organismo, por monto similar.

“Este Gobierno, sin Fondo Monetario, arranca con lo que va a ser USD 20.000 millones de deuda a importadores y dividendos, USD 10,000 millones a los chinos si activan USD 5.000 millones más y si mirás el flujo de reservas, estás USD 10.000 abajo. Ahí tenés otro Fondo Monetario por este tema”, dijo Melconian.

Ya hace unos meses, en un seminario del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), otro economista de la oposición, Hernán Lacunza, calculó que existe una demanda reprimida de divisas por unos USD 50.000 millones. Una cifra que condiciona cualquier plan de unificación y liberación inmediata del mercado de cambios.

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