El puerto de Rosario, principal puerta de salida de las exportaciones agroalimentarias de la Argentina (Reuters)
El puerto de Rosario, principal puerta de salida de las exportaciones agroalimentarias de la Argentina (Reuters) (AGUSTIN MARCARIAN/)

El campo y la agroindustria sufrieron en la campaña 2022/23 una de las peores sequías de la historia argentina. El daño tuvo alcance macroeconómico. Diversos cálculos estiman una pérdida de entre USD 18.000 y 21.000 millones de exportación, con la correspondiente pérdida de recaudación por retenciones y otros impuestos.

En perspectiva, sin embargo, la inestabilidad macroeconómica, la gravosa carga fiscal y otras medidas de desaliento a la producción pesan más que las ocasionales adversidades climáticas (sequías, inundaciones, heladas) y se reflejan en el retroceso de la Argentina como agroexportador mundial. En 2022, por caso, el campo y la agroindustria aportaron, solo en concepto de retenciones, USD 1,1 millones por cada una de las 24 horas de los 365 días del año.

La gravosa carga fiscal y otras medidas de desaliento a la producción pesan más que las ocasionales adversidades climáticas

El cuadro siguiente, elaborado en base a datos de la Organización Mundial del Comercio (OMC) por Belén Maldonado, Natalia Marín y Emilce Terré, investigadoras de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), muestra el ranking mundial de países agroexportadores en 1981, 1991, 2001, 2011 y 2021; como puede observarse, sólo en el último año la Argentina desapareció del Top 15. De ser el undécimo en 1981, pasó al puesto 15 en 1991, al 14 en 2001 y al 12 en 2011 y fue relegado al puesto 18 diez años después.

Mientras tanto, Brasil, que hace 40 años era sexto en ese ranking y descendió en las dos décadas posteriores, pero en los últimos 20 años recuperó y ganó posiciones hasta situarse como el tercero del ranking mundial y convertirse en una potencial mundial agroexportadora.

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El ranking de países agroexportadores a lo largo de los últimos 40 años

En 2022 la agroexportación sumó USD 55.000 millones y explicó más del 60% de las ventas totales de la Argentina. La OMC no publicó aún datos suficientes para verificar cómo varió ese ranking, pero Terré dijo a Infobae que no hay motivos para pensar que unos países hayan mejorado respecto de otros, pues los precios mejoraron para todos, más allá de algunas variaciones por producto.

Se trata de un sector que abarca una muy amplia variedad de cadenas agroalimentarias: el complejo soja, el más exportador de Argentina, pero también los complejos maíz, trigo, carne y cueros bovinos, lácteos, pesquero, girasol, cebada, maní, hortícola y frutícola, forestal, entre otros.

La Argentina es el segundo país que menos creció en exportaciones agrícola en relación con el promedio de los últimos 10 años, sólo por detrás de Venezuela (BCR)

Además, en 2021 la Argentina quedó cuarta en el ranking de agroexportadores del continente americano, detrás de EEUU, Brasil y México.

También en Sudamérica

A nivel sudamericano, como puede observarse en otra ilustración del estudio de la BCR, si se toma como referencia el nivel del valor de las exportaciones agrícolas del 2000, sobre 9 países la Argentina quedó octava en el ranking de crecimiento; superó solo a Bolivia.

Y si la observación se restringe a los últimos 10 años, notan las autoras del estudio, la Argentina fue el segundo país sudamericano que menos creció en relación con el promedio de los últimos 10 años, sólo por detrás de Venezuela”.

El retroceso de la Argentina es aún más evidente si se compara con el desempeño de Brasil y Paraguay

Así, por caso mientras entre 2011 y 2021 las expo agroindustriales de la Argentina pasaron de 45.262 millones a 42.673 millones de dólares (-6%), las de Brasil lo hicieron de 86.390 a 111.086 millones (+28%), las de Chile crecieron 27%), las de Ecuador 88%), las de Perú 61%), las de Colombia 34%), las de Paraguay 54%), las de Uruguay 30%) y las de Bolivia 82%). Entre puntas, solo las de Venezuela disminuyeron (de 67 a 45 millones de dólares).

Y si la comparación es del último año de la serie respecto al promedio anual de los 10 previos, mientras la Argentina exhibe una mejora del 11% y solo supera al 0% de Venezuela, los demás países de la región registran mejoras de entre 14 y 47% (ver cuadro).

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El cuadro permite comparar la evolución de las agroexportaciones de la Argentina con la de otros países sudamericanos, entre puntas y respecto al promedio de los diez años previos (columna final).

De resultas, mientras la Argentina desapareció del Top 15 de agroexportadores mundiales, Paraguay fue escalando en el ranking, del puesto 65 que tenía en el año 2000 al 53 en 2021.

Hasta la agresión bélica rusa iniciada en febrero de 2022, también Rusia y Ucrania ganaron protagonismo en el mercado agroalimentario mundial. Rusia había pasado del puesto 26 al 17 y Ucrania del 50 al 23 del ranking de agroexportadores, con subas de entre 51 y 54 por ciento.

Ests constataciones suenan paradójicas, porque el sector agroalimentario agrupa (siguiendo la clasificación del Indec) a los dos rubros más dinámicos de la Argentina en materia de exportación: Productos Primarios y Manufacturas de Origen Agropecuario. Según un reciente estudio de la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA), se trata de los únicos que en los últimos 15 años aumentaron o mantuvieron sus niveles de venta al exterior, mientras los otros dos (Manufacturas de Origen Industrial y Combustibles y Lubricantes) se estancaron o decayeron.

Pero aunque la agroexportación argentina fue internamente más dinámica, se rezagó en relación a otros países. Algo que se puede revertir. El estudio de Maldonado, Marín y Terré destaca el “enorme potencial” de la Argentina “no sólo para recuperar el terreno perdido sino también para liderar el abastecimiento mundial de agro alimentos sustentables”.

Ese potencial, sin embargo, también “estuvo ahí”, mientras el país se fue retrasando en los rankings. ¿Qué explica ese retroceso? En el Congreso 2023 de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), las muy diferentes trayectorias de producción y agroexportación en la comparación con Brasil.

Brasil, cada vez más lejos

Julio Calzada, director de Información y Estudios Económicos de la BCR presentó datos sobre cómo el socio mayor del Mercosur se convirtió en líder regional y potencia mundial. En los 90, precisó, la Argentina producía el 65% de lo que obtenía Brasil, proporción que en la campaña 2021/2022 se redujo a 42% y en 2022/23 a 22% (aquí sí, por la sequía).

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El gráfico muestra cuánto más velozmente aumentó la producción de soja, maíz y trigo en Brasil que en la Argentina (Sergio/)

Si simplemente no hubiera perdido el paso respecto de Brasil, calculó Calzada, la Argentina produciría hoy 165 millones de toneladas de soja, trigo y girasol, 50 millones de toneladas más de las que realmente produce. Solo ahí, precisó, se escurren USD 16.000 millones anuales de exportación, una pérdida que casi empata la que produjo la sequía en la última campaña, pero repetida año a año.

Calzada mostró relaciones aún más impactantes para la carne (vacuna, aviar y porcina). En 1997 Brasil exportaba poco menos del doble que la Argentina, pero en 2002 exportó por USD 7.800 millones, 6 veces los USD 1.300 millones de exportaciones argentinas por ese concepto. El “potencial” sigue existiendo, remarcó, y citó que según el Consejo Agroindustrial las exportaciones de carnes podrían crecer unos USD 4.400 millones hacia 2033/35, para bordear USD 8.500 millones anuales.

Claro que para eso hay que superar obstáculos.

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En poco más de 20 años, Brasil pasó del doble a seis veces veces el valor de exportaciones de carne de la Argentina (Sergio/)

Según Calzada, la Argentina necesita estabilizar la economía y revertir el enorme desaliento fiscal a la producción.

Según el Agrimonitor del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), mientras en EEUU (primer agroexportador mundial) el 11% de los ingresos de los productores proviene de “apoyos gubernamentales” y en Brasil (el tercero del ranking) la proporción es de 2,1%, en la Argentina se verifica el único caso inverso, de desaliento: nada menos que 19,7%; todos los demás países tienen un “estimado de apoyo al productor” positivo (ver mapa ilustrativo).

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Los "Estimados de Apoyo al Productor" del BID para los países del continente. Argentina es el único caso con "apoyo" negativo: casi 20%

No se trata de cifras pequeñas. Calzada calculó, en base a los datos del BID, que entre 2002 y 2021 el fisco argentino detrajo casi USD 200.000 millones del campo y la agroindustria y que, en el mismo período, el sector agrícola brasileño tuvo un apoyo de USD 190.000 millones: USD 390.000 millones de diferencia.

En el mismo panel, la Agregada Agrícola de la Embajada de Brasil en Argentina, Andrea Parrilla, explicó las políticas de fomento la agricultura y ganadería en su país, la consolidación de políticas “de Estado” en la materia y la creación de seguros agrícolas acordados entre productores, sindicatos, aseguradoras y el propio Estado, contra las adversidades climáticas.

Entre 2002 y 2021 el fisco argentino detrajo casi USD 200.000 millones del campo y la agroindustria, mientras en igual período el sector agrícola brasileño tuvo un apoyo de USD 190.000 millones (Calzada)

Parrilla exhibió un mapa y una línea de tiempo sobre la cantidad y las tareas de las “Agregadurías Agrícolas” de Brasil en el exterior: de 8 en 2008 a 25 en 2016 y 29 en la actualidad, incluyendo 2 en la Unión Europea, 2 en China y la que abrió el año pasado en Angola, un país luso-parlante de África. En contraste, la Argentina mantiene desde hace décadas 5 “Consejerías Agrícolas” (EEUU, Brasil, la UE, China y Rusia) y no por austeridad de la burocracia pública, que creció casi sin interrupciones.

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El mapa de las 29 "agregadurías agrícolas" brasileñas que presentó Andrea Parrilla, agregada agrícola de Brasil en la Argentina, que tiene 5 (Sergio/)

Realidades como esa llevaron a Enori Barbieri, vicepresidente de la Asociación Brasileña de Productores de Maíz (Abramilho) en el Congreso Maizar 2023 a decir que si el sector agroalimentario brasileño sufriese el desaliento que soportan sus pares de la Argentina (cepo, retenciones, retraso cambiario, cuotas, indisponibilidad de divisas, obstáculos para importar insumos) “ya estarían quebrados”. En cambio, señaló a sus pares locales, “ustedes perseveran”. En Brasil, remarcó, más de 300 de los 513 diputados del Congreso federal integran el “Frente parlamentario de Agricultura”. Sin músculo legislativo y representación política, sugirió, es difícil defenderse.

Macroeconomía, causas y efectos

Las tribulaciones de la agroexportación son, a la vez, causa y efecto de los resultados macroeconómicos. Una reciente publicación del Ieral de la Fundación Mediterránea, firmada por Jorge Vasconcelos y Maximiliano Gutiérrez puso el foco en los últimos 6 años y la comparación con Brasil. En ese período, dice el trabajo, “la variación del PBI del gigante sudamericano le sacó 13 puntos de diferencia al argentino. Entre 2017 y 2023 se expandió 9,9% allá y se contrajo 3% acá. Y en el mismo período el empleo privado formal aumentó 7,4% en Brasil, contra 1,4% en la Argentina”.

El estudio subraya la importancia de la gestión de Michel Temer, el vicepresidente que completó el segundo mandato de Dilma Rousseff e impulsó reformas que tuvieron eco en el Congreso, debido a la magnitud de la crisis heredada, y luego derramaron beneficios sobre las gestiones de Jair Bolsonaro y Lula da Silva.

Una fracción de la opinión pública parece creer todavía que las reformas son sinónimo de ajuste, pero es exactamente al revés (Vasconcelos – Gutiérrez)

“Se abandonó la idea del gasto público y el crédito estatal como locomotoras del crecimiento y se pavimentó una recuperación de la economía traccionada por el sector privado”, escribieron los autores, y destacaron una estricta regla fiscal, la autonomía del Banco Central brasileño y las normas (como el combate a la “industria del juicio”) con que se afrontó el problema de la informalidad laboral, que redundaba en precariedad de los trabajadores y baja productividad de las empresas.

“En la Argentina -resalta el trabajo del Ieral- una fracción de la opinión pública parece creer todavía que las reformas son sinónimo de ajuste, pero es exactamente al revés: es la falta de reformas lo que nos mantiene en la estanflación”.

Carencia que, de no revertirse a partir de 2024, haría que el sector de mayor productividad y competitividad internacional de la economía argentina siga retrocediendo en los rankings internacionales, pese a su “enorme potencial”.

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