FOTO DE ARCHIVO. El logo corporativo de la firma financiera Morgan Stanley es fotografiado en un edificio en San Diego, California, Estados Unidos. 24 de septiembre del 2013. REUTERS/Mike Blake/Archivo
FOTO DE ARCHIVO. El logo corporativo de la firma financiera Morgan Stanley es fotografiado en un edificio en San Diego, California, Estados Unidos. 24 de septiembre del 2013. REUTERS/Mike Blake/Archivo (Mike Blake/)

Aunque el avance del ajuste fiscal y también el ingreso de divisas mantiene el buen ánimo del mercado, lo cierto es que tanto los analistas que siguen a la Argentina desde Wall Street como aquellos que fueron enviados al terreno en las últimas semanas desde distintos fondos y bancos de inversión coinciden en una conclusión: todos estarían más cómodos con un menor nivel de confrontación política.

Es que los inversores celebran la inédita convicción del Gobierno en ordenar las cuentas y hasta entienden que la pelea con las provincias es, en el fondo, una discusión por plata. Pero temen que, lejos de construir apoyo para avanzar en las reformas, los conflictos escalen a niveles paralizantes para la gestión. En esa línea se expresaron los expertos del banco norteamericano Morgan Stanley que miran el país. “Seguimos pensando que la reducción de las tensiones probablemente sea una condición necesaria para que el Ejecutivo obtenga apoyo”, sostuvieron y pusieron foco en lo que denominaron el “acontecimiento principal”, el discurso de apertura de las sesiones legislativas ordinarias de Javier Milei.

“El acontecimiento principal sigue siendo el discurso del Presidente ante el Congreso esta noche, tras la apertura de las sesiones legislativas ordinarias de 2024. Esperamos que el Ejecutivo destaque la importancia de la austeridad fiscal y los logros alcanzados hasta ahora en el frente de la estabilización macro. También esperamos que el Ejecutivo vuelva a pintar un cuadro claro de los desequilibrios heredados de gobiernos anteriores”, apuntó el reporte.

La buena performance del mercado se sostiene, en alguna medida, en los índices de popularidad todavía altos para Milei, a pesar del pico inflacionario y el denominado plan motosierra que ya está teniendo un impacto claro en el nivel de actividad económica.

“A pesar de una recesión que ya está afectando a los consumidores, el índice de confianza en el Gobierno publicado mensualmente por la Universidad Di Tella (nuestras métricas preferidas para rastrear la gobernabilidad) se mantiene bien”, apuntó Morgan Stanley. También el índice de Confianza del Consumidor, de la misma casa de estudios, mostró un piso a su caída y subió levemente por primera vez desde que asumió el Gobierno (1,2%). Esos datos, sin embargo, no despejan todas las dudas.

Los inversores celebran la inédita convicción del Gobierno en ordenar las cuentas pero temen que, lejos de construir apoyo para avanzar en las reformas, los conflictos con las provincias escalen a niveles paralizantes para la gestión

Por el contrario, los enviados de los bancos y fondos dudan hasta qué punto las medidas que toma el Gobierno dependen exclusivamente del todavía alto nivel de aprobación de Milei y qué pasará cuando ese apoyo se vea esmerilado por las consecuencias del ajuste. “La pregunta es si le alcanza. Si no logra mantener ese nivel de popularidad, es esperable que los conflictos y los choques se multipliquen, lo que sumaría dificultades para avanzar en el plan”, es una de las conclusiones que se llevan entre sus anotaciones los representantes de los inversores. Más aún, hacen cuentas a largo plazo: “Incluso si tiene un primer año de éxito y le va bien en las elecciones del año próximo, la agenda de reformas está lejos de quedar garantizada por eso porque seguirá de todos modos en minoría en el Congreso”, razonaron, con un análisis más propio de politólogos que de expertos en finanzas.

En el cortísimo plazo, sin embargo, lo que manda es el nivel de compra de divisas del Banco Central y el resultado de las cuentas públicas. En ambos frentes, el equipo económico tiene buenos resultados para mostrar. Febrero fue récord en compra de dólares y el saldo fiscal sería nuevamente superavitario. Son motivos para festejar en el mercado, donde además siguen de cerca la evolución de la inflación.

Aunque algunos economistas y consultoras locales se animan a pronosticar una inflación de un dígito antes de mitad de año, el optimismo de los bancos de Wall Street es más moderado. Tanto el Morgan Stanley como el Bank of America esperan que ese mojón se alcance recién en junio.

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