Marine Le Pen, del Frente Nacional de Francia, movimiento populista de ultraderecha (Charles Platiau/Reuters)
Marine Le Pen, del Frente Nacional de Francia, movimiento populista de ultraderecha (Charles Platiau/Reuters)

Existe un vínculo entre el escepticismo sobre la importancia de las vacunas y el aumento del voto por movimiento populistas, reveló un estudio de Queen Mary University, en Inglaterra, publicado en la Revista Europea de Salud Pública. Países como Italia, Grecia y Francia están entre los principales que rechazan la vacunación en Europa, donde los casos de sarampión llegaron al récord de los últimos 20 años: 60.000 contagios y 72 muertes.

"La renuencia a la vacunación y el populismo político responden a dinámicas similares: una profunda desconfianza en las élites y los expertos", escribió Jonathan Kennedy en las conclusiones de la investigación.

"Es necesario que los académicos y los funcionarios de salud pública trabajen para construir confianza entre los padres que son reacios a vacunar a sus hijos, pero esta estrategia tiene límites", advirtió. "La desconfianza popular más generalizada de las élites y los expertos, que alimenta la renuencia a la vacunación, será difícil de resolver si no se abordan también sus causas subyacentes: la privación de derechos políticos y la marginalización económica de grandes partes de la población de Europa occidental".

En Europa y EEUU han crecido el movimiento antivacunas y los casos de sarampión.
En Europa y EEUU han crecido el movimiento antivacunas y los casos de sarampión.

El mapa de los grandes aumentos en los casos de sarampión destacan países donde en distintas elecciones desde 2014 aumentó el voto por movimientos nacionalistas o populistas. "Grecia tiene el nivel de sarampión per cápita más alto de Europa occidental", dijo Kennedy a The Guardian. "Existe una larga historia sobre por qué los griegos no confían en el estado. Se remonta a la ocupación otomana", ilustró.

El ejemplo más prominente es Italia, señaló un comunicado de Queen Mary University. El Movimiento Cinco Estrellas (M5S) disputó la seguridad de la vacunación y aludió a un supuesto vínculo entre la vacuna triple, o SPR, y el autismo. "Se cree que esos temores hicieron que la cobertura de SPR bajara del 90% en 2013 al 85% en 2016, y dieran como resultado un aumento en los casos de sarampión desde 840 en 2016 a más de 5000 en 2017″, argumentó el texto. La tasa de prevención debe llegar al 95 por ciento.

No obstante, el senado italiano —respaldado por nuevos representantes del M5S y la Liga— aprobó recientemente una ley para rechazar las normas que hacían obligatoria la vacunación de los niños inscriptos en las escuelas estatales. Debido a la emergencia que causó el brote de sarampión, la ley fue luego revocada.

Luidi Di Maio, del Movimiento 5 Estrellas, vicepresidente del consejo de ministros de Italia. (Marco Bertorello/AFP)
Luidi Di Maio, del Movimiento 5 Estrellas, vicepresidente del consejo de ministros de Italia. (Marco Bertorello/AFP)

"En Francia, el derechista Frente Nacional también ha despertado temores sobre la seguridad de las vacunas y las leyes que hacen obligatoria la inmunización en la infancia", agregó el artículo. "Y en Grecia, el gobierno de izquierda de SYRIZA propuso que los padres deberían tener la opción de no vacunar a sus hijos".

Faltan estudios sobre la actitud hacia las vacunas, advirtió Kennedy, y tras este hallazgo se podría utilizar el desempeño de los movimientos populistas como un indicador para las autoridades de salud pública sobre los potenciales niveles crecientes de escepticismo ante las vacunas.

El trabajo comparó los estudios del Proyecto sobre Confianza en las Vacunas, realizado por la Comisión Europea, y el ascenso del populismo en 14 países de Europa occidental. "Cuanto mayor es el nivel de votos populistas en un país, mayor es la proporción de la población que cree que las vacunas no son efectivas", sintetizó el estudio.

El discurso anti-establishment del populismo se traduce en creencias anti-ciencia. (Getty)
El discurso anti-establishment del populismo se traduce en creencias anti-ciencia. (Getty)

Kennedy unió la derecha y la izquierda populistas, ya que su objetivo fue estudiar los mensajes anti-establishment, que cuando se aplican a la cuestión de las vacunas se convierten en anti-ciencia, anti-salud pública y anti-industria farmacéutica, explicó el trabajo. Y se limitó a Europa, aunque en los Estados Unidos el presidente Donald Trump ha apoyado al movimiento anti vacunación.

"El problema es que necesitamos tener alguna confianza básica en los expertos para sobrevivir como sociedad humana", concluyó Kennedy en The Guardian. "La Organización Mundial de la Salud dice que las vacunas previenen de 2 a 3 millones de muertes cada año. Está claro que dan beneficios".

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