Foto de archivo: imagen de vacas en una finca cerca de Pergamino, en las afueras de Buenos Aires, Argentina. 27 abr, 2021. REUTERS/Agustin Marcarian
Foto de archivo: imagen de vacas en una finca cerca de Pergamino, en las afueras de Buenos Aires, Argentina. 27 abr, 2021. REUTERS/Agustin Marcarian (AGUSTIN MARCARIAN/)

La expectativa es grande. No tanto por lo que el gobierno de Javier Milei haga de inmediato, sino por la orientación que dé a su gestión de modo que, aunque sea paulatinamente, las actividades agropecuarias se vayan liberando de distintas trabas que desde hace años complican su negocio.

La mayoría ve con buenos ojos la orientación exportadora que, ordenada la macro, podría generar mayor producción y negocios. Pero en cada rubro hay planteos y medidas puntuales.

Carlos Odriozola, secretario y coordinador de la Comisión de Carnes de la Sociedad Rural Argentina (SRA), y productor ganadero en Rauch, Buenos Aires, recalca que “la producción ganadera vacuna necesita previsibilidad. “Se hace pensando 4 años hacia adelante. Sin previsibilidad es difícil sostenerla. En este contexto inicial, hay que dar señales e identificar los problemas y solucionarlos, para generar confianza en el productor”, sostiene.

Cuestiones específicas como la eliminación de la prohibición de exportación de los 7 cortes vacunos, cupos y trámites como las declaraciones juradas de ventas al exterior (DJVE), podrían solucionarse con decretos o resoluciones (García Maritano)

Eso se hace, dijo, quitando señales equivocadas acumuladas, decretos y leyes se pisan unas con otras y ameritan “una limpieza, un digesto de todos los DNU y leyes, como la situación dada por la Ley Federal de Carnes que tiene más de 40 años”, puntualizó. Según Odriozola, la norma “tiene que existir, pero hay que modificarla, darle nuevamente poder de policía y que el Senas sea el único ente sanitario que dicte las normas”. Sin embargo, admite, “luego sí habrá normas particulares que puede poner cada municipio, pero siempre respetando el poder de policía del Senasa”. De lo contrario se apilan normas sanitarias y se genera competencia desleal. “Esto debería estar acompañado de un único estándar impositivo para todos los frigoríficos y plantas”, señaló Odriozola.

Más allá de ordenar la macroeconomía, tender a la unificación del tipo de cambio y quitar las retenciones, Odriozola cree que cuestiones específicas pueden modificarse con decretos o resoluciones. Por caso, eliminar la prohibición de la exportación de los 7 cortes vacunos, cupos y trámites como las declaraciones juradas de ventas al exterior (DJVE).

También, agrega, “hay que derogar el peso mínimo de faena”, pues se necesita producir más kilos, pasar de producir 3 millones de toneladas de carne vacuna, nivel que se mantiene hace 20 o 30 años, a 4 o 5 millones. “Perfectamente se pueden lograr”, cree Odriozola. ¿La clave? Liberar de trabas al productor que, solo, irá por un peso de faena mucho mayor, acompañado de la liberación de las exportaciones. “Ese millón y medio más de toneladas de carne vacuna producida irán a la exportación”, vaticina.

Lechería

Eduardo García Maritano, integrante de la Comisión de Lechería de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y productor lechero en Miguel Torres, Santa Fe, sostiene que para mejorar la producción lechera nacional alcanza con una frase: “dentro de ley todo, fuera de la ley nada”, una crítica a la manera en que se comercializa hoy la leche en el país.

Ganaderos en la era Milei
Mercedes Mc Cormick, docente e integrante de la "Mesa Ovina Nacional", y Eduardo García Maritano, de la Comisión de Lechería de CRA

“Desde CRA no le pedimos a las autoridades que solucionen problemas de renta de negocios entre privados, como el precio de la leche. Pero sí que hagan cumplir las leyes que hacen que las relaciones entre privados sean equitativas”.

Para García Maritano, “la transacción de leche en la Argentina está sometida a una posición dominante que la ley le da a la industria, por una cuestión de seguridad e inocuidad alimentaria”. El Código Alimentario Argentino establece que el productor lechero no puede vender leche cruda, sino solo a quien la industrialice y pasteurice.

“Eso es correcto, pero si desde esa posición dominante la industria establece unilateralmente cómo se va a comercializar y qué precio va a pagar, es abuso de posición dominante y colisiona contra los plexos legales”, dice el productor lechero. La industria compra la leche a los productores bajo el formato de compra venta oral, pero la comercialización no debería usar ese mecanismo contractual, porque se trata de un suministro.

El abuso de posición dominante, dice García Maritano, “dando alternativas contractuales distintas a la única opción actual, la compra venta oral. “La transacción que tipifica el traspaso de propiedad entre industria y producción es el suministro, que puede ser por precio fijo o determinable. En un país como Argentina y en lechería no se podría usar precio fijo, sería inequitativo. Debería ser por precio determinable, de modo que el precio de la mercadería surja de una ecuación aceptada voluntariamente por ambas partes, sostuvo.

“Hay que crear un mercado institucionalizado de la leche porque no hay un estándar sobre cuál fijar el precio; la Resolución 229/2016 define una leche estándar que no se aplica y el Estado está incumpliendo una norma que el mismo se da y genera un precio de referencia mal hecho. Porque no se está dando el precio sobre el kilo de grasa que cumple con una determinada condición higiénico-sanitaria, con la consiguiente distorsión del mercado, que es enorme. Peor que la falta de información es la mala información”, recalcó García Maritano, en referencia al precio que periódicamente informa el Sistema Integrado de Gestión de la Lechería Argentina (Siglea).

Porcinos

Daniel Fenoglio, presidente de la Federación Porcina Argentina, señaló como principal necesidad de su actividad la devolución de créditos por saldos técnicos del IVA. “No hace falta una ley, sino una norma para cambiar la reglamentación. Esto es aún más complicado cuando se quieren realizar inversiones, por eso muy pocos se animan a invertir con ese riesgo”, señaló. La nueva normativa, explicó, debería permitir la devolución del IVA inversiones a un plazo de 10 años en vez de los 5 actuales.

Fenoglio destacó también la necesidad de aumentar las exportaciones. “Estamos preparados: el mundo demanda cerdos. Todos los países productores, salvo en Latinoamérica, están achicando su producción”, por cuestiones ambientales y de bienestar animal, lo que contribuye a bajar la producción mundial. “Vamos a poder vender a China. Brasil. Estamos destinados a abastecer el mundo. Con una fuerte impronta a las exportaciones podremos crecer en producción, exportar y cubrir la demanda de carne vacuna que traería aparejada la liberación de exportaciones”, explicó.

Los ganaderos tuvieron estabilidad económica. Andina
Los ganaderos tuvieron estabilidad económica. Andina

Otro aspecto es que haya voluntad de abrir mercados. “Tenemos 25 mercados abiertos y 15 mercados a los que exportamos. Estamos esperando la firma protocolo con China para subproductos: cabezas, vísceras, patitas y manitos, que paga muy bien. Hay que continuar con esa política que nos cambia la integración de la res, los valores, los volúmenes. Y con un tipo de cambio que favorezca la exportación y que va a desfavorecer la importación favorecida por el dólar actual”, precisó.

Por último, el productor porcino mencionó la necesidad de quitar el 5% de retención a las exportaciones porcinas y que haya créditos a tasa razonable, no subsidiada. “Construir y poblar un criadero lleva unos 2 años hasta generar ingresos. Por eso los créditos deberían ser a 10 años de plazo con 2 de gracia”, propuso Fenoglio, que también pidió fortalecer al Senasa, seguir abriendo mercados y cuidar la sanidad animal. Por caso, apuntar a erradicar la triquinosis.

Avicultura

Desde el sector productor de carne de pollo, Roberto Domenech, presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA) señaló que la clave es desarrollar las inversiones necesarias para mantener actualizada la producción. Eso, dijo, se desarrolla con créditos ni subsidiados ni regalados, pero sí pagables”, algo factible si mejora la macroeconomía.

Domenech explicó que el programa que CEPA aplica desde 2019 prevé un desarrollo de 300 a 350 galpones de pollos nuevos por año, de un valor de unos USD 250.000 oficiales cada uno. “También tenemos que reemplazar una cantidad de galpones que no están en condiciones de seguir operando y lograr una mayor productividad. Somos competitivos, pero también debemos serlo con la inversión moderna que corresponde. Llevamos más de 6 años creciendo a pulmón, a partir de lo que pueden conseguir las empresas dentro de la imprevisibilidad en la que nos hemos tenido que mover”, puntualizó.

“Hace 3 años venimos creciendo en toneladas, en el tamaño del pollo vivo, porque pasamos de un animal de 2,7 a 2,8 o 3 kilos, pero no más, porque no tenemos más superficie de galpón”, dijo Domenech. La construcción de galpones se agilizaría si aparece el crédito. “En países con inflaciones de hasta 5% anual, los créditos para estas inversiones, como en Europa y en Brasil, son a 20 y 25 años”, explicó, y no a 5 o 7, como lox pocos que hubo en los últimos años para la avicultura productora de pollos que, con gran esfuerzo, pudieron pagarse en 10 o 12 años”, explicó.

FOTO DE ARCHIVO: Pollos de corral en el interior de una granja avícola en Ruurlo, Países Bajos, 23 de agosto de 2005. REUTERS/Michael Kooren
FOTO DE ARCHIVO: Pollos de corral en el interior de una granja avícola en Ruurlo, Países Bajos, 23 de agosto de 2005. REUTERS/Michael Kooren (Reuters Photographer/)

Por otra parte, advirtió, “hace falta una definición rápida en el recambio en la dirección del Senasa, un ente de vital importancia para el país y sobre todo para exportar. Ha habido una gestión buena, nos hemos podido manejar muy bien, pretendemos que siga siendo un referente”, señaló. Al respecto, recordó que está pendiente de definición la reapertura de los mercados de exportación a China, Chile, Perú e Inglaterra. Que esos países “reconozcan nuevamente a la Argentina como país libre de Influenza Aviar, porque vamos para 120 días sin casos y aun estos países siguen sin dar respuesta”, concluyó..

Huevos

Desde la producción de huevos y ovoproductos, Javier Prida, titular de la Cámara Argentina de Producción Avícola (Capia), señaló como principal inquietud definir qué se va a hacer con la vacuna contra la Influenza Aviar. “Si no va a existir la vacuna, necesitamos armar un fondo de asistencia para que los productores denuncien los casos. Los países que fueron exitosos, en el combate de la enfermedad, en su gran mayoría, tienen algún tipo de asistencia económica frente al eventual sacrificio de aves”, señaló.

“Queremos que haya vacuna, como primera opción, y si el sector de pollos se opone, que el Estado constituya un fondo de asistencia con el 5% de retenciones que paga el sector, a los efectos de que los productores denuncien sus casos. No se pide ningún impuesto nuevo, sino un redireccionamiento de los derechos de exportación”, explicó. Bajo ese esquema, las retenciones a la exportación de ovoproductos y de pollo se mantendrían hasta que se forme el fondo. Luego el dinero se colocaría en instrumentos financieros para resguardar su valor y las retenciones se levantarían automáticamente, explicó Prida.

También reiteró la necesidad de reducir el IVA del 21 al 10,5% que grava al huevo, igualándolo con el resto de las proteínas animales. Por tonelada, las exportaciones de ovoproductos son las de mayor valor, 8.000 dólares. “Tenemos las plantas, los mercados, los clientes, el huevo, seguimos dándole valor agregado al maíz y soja. Tenemos que hacer los deberes necesarios para exportar cada vez más huevo procesado, generando divisas y empleo”, dijo Prida, partidario de un “sinceramiento fiscal” de los costos entre provincias, municipios y nación, que terminan encareciendo el producto. “Hay que achicar el IVA a nivel nacional, ingresos brutos a nivel provincial y seguridad e higiene a nivel municipal”, reclamó.

Ganaderos en la era Milei
Daniel Fenoglio, presidente de la Federación Porcina Argentina, y Carlos Odriozola, de la Comisión de Carnes de la SRA

Además de reducir costos logísticos, para las exportaciones, Prida remarcó la necesidad de créditos para pre financiar exportaciones en dólares, con tasas del 2 a 4 por ciento anual. “Tenemos un 70% de las fábricas de ovoproductos (huevo en polvo) que pueden exportar, con capacidad ociosa, tengo el huevo y los clientes, para los que no soy competitivo. Si mejora el tipo de cambio y hay un apoyo con créditos para pre financiar exportaciones, podemos cuadruplicar los niveles de exportación actuales”, aseguró.

Ovinos

Paralelamente, la Ing. Zootecnista Mercedes Mc Cormick, docente investigadora de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (FCA -UNLZ) y cofundadora de la Mesa Ovina Nacional, explicó las necesidades de la actividad ovina, que reúne a unas 15 millones de cabezas, en un 60% para producción de lana en la Patagonia, mientras el 40% restante se destina a la producción de carne, en especial en la Región Centro (Buenos Aires, La Pampa, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos), al tiempo que unos 40 tambos también producen leche de oveja en la Argentina.

“Se necesita mucha promoción de la carne ovina, de una forma similar a como lo hizo la cadena del cerdo en los últimos 20 años. Por eso en 2016, se fundó la Mesa Ovina de la Provincia de Buenos Aires, de la que luego surgió la Mesa Ovina Nacional, para visibilizar más al ovino”.

Una oveja, ganado lanar tradicional de la Patagonia, y detrás un guanaco, verdadera plaga que viene desplazando la ganadería ovina
Una oveja, ganado lanar tradicional de la Patagonia, y detrás un guanaco, verdadera plaga que viene desplazando la ganadería ovina

Por otra parte, precisó que “hace falta que se blanqueen las majadas. Hay muchos productores atomizados y está naturalizado que muchos no tienen inscriptos sus animales. El 50% del rodeo de la Provincia de Buenos Aires no está formalizado y algo similar sucede en el resto de las provincias de la Región Centro”, explicó. En la Patagonia, en cambio, como el ovino es un monoproducto regional está formalizado un 80 por ciento del rodeo”, parte del cual se faena y su carne se exporta desde frigoríficos de Santa Cruz.

Además, destacó que “habría que trabajar en el desarrollo adecuado de frigoríficos que se dediquen a la actividad. Hay que buscar puntos estratégicos donde haya una gran cantidad de ovinos, para que el flete del campo al frigorífico ovino no supere los 200 kilómetros. Otra opción es incorporar la faena del ovino en establecimientos que también faenan porcinos, que hay varios en distintas provincias”, indicó.

En cuanto al aprovechamiento de la lana, Mc Cormick explicó que “habría que desarrollar productos a base de lanas gruesas, no aptas para uso textil, pero sí, por ejemplo, como aislante térmico de viviendas, como ya se da en otros países. El INTI quizás podría desarrollar estos productos, a partir de lanas gruesas, provenientes de animales carniceros, que no tiene actualmente mercados”. Muchas razas producen animales con lana gruesa con muy poco valor comercial, en la Región Centro. A veces esquilar esos animales, una operación indispensable, es más caro que su valor de faena.

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