Las Rozas (Madrid), 13 nov (EFE).- Alejandro Grimaldo agradeció a su entrenador, Xabo Alonso, y a su club, el Bayer Leverkusen, con el que lidera la Bundesliga, su llegada a la selección española en "un año increíble" en el que cumple "un sueño".

"Es un momento muy especial, un año increíble que además con la llamada de la selección se convierte en un grandísimo año, es un sueño poder estar aquí", reconoció en su primer día como internacional.

"Xabi Alonso me ha ayudado mucho, es un entrenador increíble que está sacando lo mejor de mí. Con su ayuda y con la del equipo, trabajando mucho para estar al mejor nivel, he tenido la oportunidad de llegar a la selección. Toca disfrutar y aprovecharlo al máximo", añadió en los medios de la Federación.

Grimaldo alcanza la selección con 28 años, tras haber crecido en el Benfica durante siete años, antes de convertirse en una de las grandes sensaciones del Leverkusen.

"El fútbol te suele llevar por diferentes caminos, a mí me ha llevado por este, pero estoy muy contento por cómo me ha ido todo en los diferentes clubes y ahora tengo que seguir trabajando. Estoy muy feliz donde estoy y gracias al Leverkusen tengo la oportunidad de venir a la selección. Es muy importante para mí", confesó.

Recordó sus inicios, en el filial del Barcelona, con momentos duros que ha superado. "No creo que te genere más presión pero, a lo mejor, debuté muy joven y nada más hacerlo tuve una lesión grave. Creo que tuvo sus puntos positivos y negativos, pero no pienso en eso. He disfrutado desde el primer día del fútbol y sigo disfrutando"

"Ahora me acuerdo de mi novia y de mi hija, que va a hacer un año. Estaré una semana sin ellas, pero es por una buena causa. Y me acuerdo también de mis padres, que siempre me han apoyado desde pequeño y me han seguido a todos los lados, que no ha sido fácil", reconoció.

Pendiente de cada convocatoria de Luis de la Fuente, sabiendo que estaba en las últimas prelistas y que tenía opciones de ser novedad, Grimaldo contó como se enteró de la llamada.

"Estábamos en el aeropuerto a punto de regresar de Qarabag, que jugamos ahí en la Europa League. Se retrasó un poco el vuelo y me dio el tiempo justo para ver la convocatoria antes de despegar pero no a hablar con familiares y amigos. Cuando llegué tenía el móvil lleno de mensajes. Una locura", recordó con alegría. EFE

rmm/sab

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