Antonio Cabrales

La muerte a los 83 años de Antonio Néstor “Quique” Cabrales, segunda generación de una familia cuyo nombre en la Argentina es casi sinónimo de café, completa el tránsito de la empresa, Café Cabrales, a la tercera generación de la familia, casi un emblema de la ciudad de Mar del Plata, desde donde los Cabrales abastecen del tradicional producto a todo el país.

La empresa había sido fundada en 1942 por su padre, Antonio Cabrales Vega, inmigrante asturiano que se radicó en la Feliz e hizo de su nombre y apellido uno de los emblemas de la Ciudad, que dio, entre otros, nombres prominentes como los de Astor Piazzolla, Guillermo Vilas, Victoria Ocampo y, más recientemente, Emiliano “Dibu” Martínez, el arquero de la selección argentina que ganó el Mundial 2022 en Qatar.

El 21 de marzo, casi exactamente dos meses atrás, había muerto Jorge Cabrales, hermano menor de Quique, a su vez padre de Martín, Germán y Marcos, los tres hermanos que conducen y seguirán conduciendo la empresa. El aire familiar se extiende a María del Pilar, prima, que también integra el directorio.

“Martín Cabrales es un colega que levanta la vara, es lindo que en el sector y en la industria tengamos gente así; prestigian el mundo del café” (Marcelo Salas Martínez, de Café Martínez)

La figura más conocida, por su activa participación pública, es Martín Cabrales, quien además de vicepresidente de Café Cabrales lo es de Copal (Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios), una de las cámaras más poderosas de la Unión Industrial Argentina (UIA), donde también participa activamente, de la Cámara Argentina del Café, de Bodegas Norton y también, desde hace unos diez años, presidente de la Cámara Argentina del Té. Su impronta emprendedora les permite a los Cabrales ser protagonistas en un sector que importa materia prima para tostarla e industrializarla, como el del café, y de otro de materia prima local, como el tealero.

Reconocimientos

“Son una familia excelente, muy emprendedora”, dijeron desde la Cámara Argentina del Café.

“Somos amigos con Martín, y mi abuelo, Atilano Martínez, fue muy amigo de Antonio, el fundador de Cabrales; ambos eran asturianos”, dijo a su vez Marcelo Salas Martínez, de Café Martínez, fundada en 1933 por Atilano y su esposa Justa.

“Ellos son fuertes en Supermercados y en el canal HoReCa (Hoteles, Restaurantes y Catering), nosotros estamos también en supermercados, pero más en tiendas”, contó Salas Martínez, que encomió la contribución de los Cabrales a la cultura cafetera argentina. “Martín es un colega que levanta la vara, es lindo que en el sector y en la industria tengamos gente así; prestigian el mundo del café”, completó.

Inversión para crecer

Fotos Cabrales
Martín y Manuel Cabrales, junto a la maquinaria alemana, parte de un proyecto que significa $500 millones de inversión

En febrero pasado Cabrales anunció la inversión de $500 millones para seguir desarrollando el negocio del café con la incorporación de una gran máquina de tecnología alemana. La nueva tostadora, de características únicas en el país, permitirá una capacidad productiva de más de 2000 kgs de café por hora, un 25% superior a la capacidad instalada previa.

“La incorporación de este equipamiento es otra muestra de nuestra confianza en el país. Para que estas cosas sucedan es necesario generar un marco con condiciones de estabilidad, seguridad jurídica y políticas a largo plazo que animen a las empresas a realizar inversiones y, en nuestro caso, nos permite fortalecer la oferta productiva y seguir acercando un producto innovador a los consumidores”, aseguró entonces Martín Cabrales a Infobae. Esa inversión tiene incluso componentes ambientales: los gases generados son tratados por el mismo equipo, que reprocesa y reutiliza humos generados por la tostación, lo que reduce las emisiones gaseosas. Casi simultáneamente, la empresa sumó a Georgia Franco de Souza, Maestra Tostadora especializada y referente de la industria cafetera mundial y una de las primeras juezas brasileñas certificadas en el WBC (Campeonato Mundial de Barismo), para trabajar junto a los tostadores de Cabrales.

Condolencias

Tras conocerse la muerte de Antonio “Quique” Cabrales, el intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro, lo despidió en redes sociales. “Te vamos a extrañar”, expresó

“Quique” y su hermano Jorge habían tomado la dirección de la empresa en la década del 70, junto con su hermano José Manuel, cuando el fundador, Antonio Cabrales Vega, les delegó la dirección del negocio familiar. Años antes, en 1965, habían dado inicio a la ampliación del local original mediante la compra de un terreno más grande, lo que les permitió la construcción de un depósito propio y la instalación de máquinas más moderna. Fue también el inicio del negocio tealero: allí envasarían también el té en hebras Tellevo y el té en saquitos Big Ben. Los 70s fueron años de expansión y en abril de 1988 se inauguraron las oficinas y los depósitos de la ciudad de Buenos Aires y, más tarde, las instalaciones del Parque Industrial General Savio,

Sobre esos pilares, la empresa logró proyección nacional e internacional.

La Diócesis de Mar del Plata destacó el participación de Antonio Cabrales en distintas iniciativas eclesiales (Twitter)
La Diócesis de Mar del Plata destacó el participación de Antonio Cabrales en distintas iniciativas eclesiales (Twitter)

En 2018, Antonio Néstor Cabrales fue declarado Ciudadano Ilustre de Mar del Plata. Fue también muy activo participante en la comunidad católica marplatense. Ayer la Diócesis de la Ciudad se unió “a las muestras de dolor por el fallecimiento de Antonio Quique Cabrales, un verdadero protagonista de la vida de la ciudad”, y lo recordó como “uno de los grandes colaboradores en todas las iniciativas eclesiales, siendo además activo participante y consultor de los distintos obispos de la diócesis de los últimos años”.

En 2021, cuando Infobae lo entrevistó a raíz del lanzamieno de la línea de cafés Vita, Martín Cabrales contó que se trataba de “una corriente de café que es parecida al gusto italiano”. Cada café, explicó entonces, tiene su particularidad, de acuerdo a la altura, la tierra, los cultivos, el mayor o menor grado de acidez o de astringencia, más o menos gusto a vainilla o a chocolate, en la nariz y en el paladar se sienten distinto”. Era un momento en que los argentinos estábamos “redescubriendo” la bebida, tras las largas cuarentenas de la etapa inicial de la pandemia.

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